SUCESOS
La Guardia Civil se centra en la tienda para hallar pistas sobre los asesinos de Cheng
M.A.C. / M.R. / Burgos
La Guardia Civil sigue buscando en el bazar del ciudadano chino asesinado el pasado miércoles en Lerma indicios y pruebas que puedan conducir al esclarecimiento del caso.
El pasado jueves por la tarde, miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil estuvieron sacando varias maletas con material del establecimiento que regentaba Hainsheng Cheng, de 45 años. Cheng fue encontrado en su domicilio de Lerma atado de pies y manos con una bolsa de plástico en la cabeza. La autopsia practicada al cadáver del comerciante chino confirmaba que había sido asfixiado cubriéndole la cabeza con la bolsa de plástico.
A primera hora de la mañana de ayer, familiares del fallecido -la ex mujer y dos hijos- se desplazaron desde Madrid a Burgos, donde estuvieron en el tanatorio de San José para posteriormente acudir al Instituto de Medicina Legal, pàra realizar un reconocimiento del cadáver.
Según las fuentes consultadas por este periódico, la falta de testigos, el hecho de que la víctima viviera solo desde hace meses y que forme parte de una comunidad en la que sus miembros suelen ser especialmente discretos dificultas las investigaciones. Fuentes consultadas por este periódico indicaban que, alrededor de las cuatro de la madrugada del miércoles se oyó cómo varias personas abandonaban el inmueble y montaban en un vehículo en dirección a la autovía.
Este periódico publicaba ayer que los asesinos de Cheng se llevaron el sistema de grabación instalado en el comercio que regentaba en la Villa Ducal y también su ordenador personal. La caja registradora donde contabilizaba las ventas apareció abierto en el cuarto de baño de la tienda y había pepeles tirados y desorden. Los autores del hecho dispusieron del tiempo y de la tranquilidad suficiente para desmontar el sistema de grabación instalado en la tienda y que contaba con ocho cámaras instaladas en diferentes puntos de la estancia. Las imágenes se recibían en otras tantas pantallas que Haisheng Cheng controlaba desde el mostrador.
El robo de las cámaras de vigilancia de la tienda tuvo como objetivo eliminar cualquier posibilidad de que su aspecto se conociera una vez que los investigadores recogieran todo el material. La puerta de acceso al bazar permanecía ayer precintada, tal y como la dejaba la Guardia Civil, cuerpo policial encargado de la investigación de este crimen, motivado presumiblemente por un ajuste de cuentas.