IDEAS PARA EL HOSPITAL DE LA CONCEPCIÓN, MONASTERIO SAN JUAN Y EL SILO
Jóvenes arquitectos 'resucitan' tres edificios clave para Burgos 2016
M.R./ Burgos
Puede que los tiempos no sean los más propicios para hablar de proyectos, y menos de inversiones en euros, pero lo que no faltan son buenas ideas para, cuando estos malos tiempos cambien, potenciar la oferta cultural de la ciudad.
Ese fue el espíritu con el que la Fundación Burgos 2016, en colaboración con el Instituto de la Construcción de Castilla y León (ICCL), organizó un concurso de ideas entre los alumnos de último curso de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valladolid para dar lustre y contenido a tres edificios de la capital, el Hospital de la Concepción, el Monasterio de San Juan y el Silo de Capiscol. Las propuestas debían ir planteadas en convertir el Hospital de la Concepción en un centro de formación en artes escénicas, con una residencia de alumnos y profesores, el Monasterio de San Juan en un Museo del Peregrino con una muestra permanente de historia y naturaleza, mientras que el Silo de Capiscol se reconvertiría en un centro de formación en artes visuales.
Los organizadores dieron a conocer ayer los proyectos ganadores que se presentaron a una iniciativa para que, según el concejal de Cultura y vicepresidente de la Fundación Burgos 2016, Diego Fernández Malvido, «nos distingamos de otras candidaturas porque tenemos capacidad de intervención en edificios que son patrimonio histórico y en otros singulares».
Entre los proyectos presentados sobre el Hospital de la Concepción, el primer premio fue para Jessica Pino Espinosa, de Burgos, con una propuesta que, según el jurado, genera una «interesante secuencia de espacios exteriores» y una «eficaz puesta en valor de los restos arquitectónicos». Carolina Marcos, de Valladolid, y Silvia Morais, también de Valladolid, consiguieron sendos accésits. El trabajo de Sergio Walter Martínez, de Salamanca, obtuvo una mención especial del jurado.
Respecto a las propuestas sobre el Monasterio de San Juan, el trabajo del vallisoletano Simón Salvador consiguió el primer premio por la «delicadeza y sensibilidad de los elementos nuevos aportados en diálogo respetuoso y sugerente». Mikel Rueda, de Miranda, y Verónica Vaquero, de Valladolid, lograron sendas menciones.
El proyecto de Antonio Chumillas, de Valladolid, se alzó con el premio del jurado por su propuesta sobre el Silo de Capiscol al aportar una «solución funcional» con una incorporación de cines en una nueva edificación de «carácter elegante y esencial». Consiguieron una mención los trabajos presentados por Saúl Alonso, de Valladolid, y Elena de Andrés, de Segovia.
Aunque son sólo ideas, «sin estar comprometida su ejecución», propuestas de este tipo distinguen a la candidatura de Burgos de otras en que «llevamos el proceso de forma participativa y desde la base», reforzando el lema que acompaña la campaña 'R-Evolución'. Tal y como señaló el director gerente del ICCL, José María Enseñat, el objetivo de este concurso era conseguir que Burgos contara con «un candidatura que tenga propuestas de alto nivel técnico y arquitectónico» de cara a la primera preselección de candidatas, que se realizará después de verano. Sobre estos tres edificios, la Fundación quiere sustentar las tres vías principales de diálogo cultural, la evolución humana, la nueva ciudad que ofrecerá el bulevar y el Camino de Santiago.