La empresa burgalesa Bupre triunfa con la venta de alcantarillas antivandálicas
El Ayuntamiento ha gastado 12.000 euros en su reposición en el último año y medio
J. MAIQUES
Si hay algo que ha quedado demostrado con la crisis es que los amigos de lo ajeno no suelen hacer distinciones a la hora de escoger a sus víctimas. El último ejemplo lo encontramos en una información publicada por este periódico hace apenas una semana, en la que se recogía el hecho de que el servicio municipal de aguas del Ayuntamiento de Burgos trataba de poner coto a la creciente desaparición de tapas de alcantarilla y rejillas de sumidero de la vía pública. Para acabar con el pillaje del preciado ‘botín’, la concejalía que dirige Dolores Calleja decidió grabar una inscripción con el sello de Aguas de Burgos. Una medida que, a fin de cuentas, resulta más disuasoria que efectiva.
Hasta aquí, nada que vaya más allá de la lógica impotencia porque el Ayuntamiento haya tenido que desembolsar en su reposición 3.600 euros en lo que va de año, y 8.500 en todo 2009. Una cifra que se eleva con las reclamaciones de responsabilidad patrimonial que interponen algunos ciudadanos que se convierten en víctimas del agujero que dejan en el pavimento los ‘chorizos’.
Sin embargo, lo que no deja de sorprender es que la solución se encuentra más cerca de lo que muchos pudieran pensar. Y es que, desde 1982 hay instalada en Burgos una empresa (Elementos de Sujeción Galvanizados Bupre) que se dedica, entre otras cosas, precisamente a esto: a la fabricación de tapas antivandálicas. Un producto que está llamado a acabar con las tapas de fundición de toda la vida, y que apuesta por otras realizadas con hormigón. De este modo, además de ser mucho más resistentes (se les estima una vida de 100 años), pierde todo el atractivo hacia los cacos.
Sin ir más lejos, es tal el éxito de las tapas fabricadas por esta empresa de Villalonquéjar que cada vez son más los ayuntamientos del país que hacen sus encargos a Bupre. El de Madrid, Segovia o Badajoz son sólo algunos ejemplos. Eso sí, parece que en la propia ciudad donde están instalados no se han fijado todavía en ellos y eso es algo que su gerente, Juan Carlos Apellániz, reconoce que desconoce el motivo. “No lo entiendo. Muchas veces nos hemos interesado en ponerlas, pero nos han dicho que llegábamos tarde», sostiene Apellániz.
En cualquier caso, hace sólo unos días vieron algo de luz cuando se acercaron por el Ayuntamiento. Y es que, después de una reunión informal podría darse la posibilidad de que se encargaran de hacer algún trabajo relativo a algún contenedor subterráneo (en el fondo, las tapas y las arquetas de hormigón tienen una construcción y una técnica muy similar). Entonces, Apellániz les enseñó el resultado del trabajo que realizan en esta empresa de 65 trabajadores y no dejó de sorprenderse cuando le dijeron que desconocían que fabricaran un producto que ahora triunfa en media España. «Se conoce que ha debido de cambiar la gente», explicó.
De todos modos, Apellániz no quiere darle más vueltas y se limita a destacar la rentabilidad de los productos que fabrican. Y es que, aunque en un principio pudieran ser más costosos, lo cierto es que «a la larga son más rentables. Hay que contar con que no te las roban, con el gasto en mantenimiento, con lo que cuesta tener que enviar a una persona a repararla o cambiarla», afirma convencido y dando por obvio la calidad de las tapas de alcantarillado y arquetas.
Y es que, las tapas de fundición son una golosina muy tentadora por su facilidad en el hurto y eso lo sabe el empresario. «Con un golpe certero las quitan. En algunas urbanizaciones en construcción nos han terminado llamado a nosotros porque están cansados de cambiarlas tres veces en una semana», afirma Apellániz.
Vaya por delante que el Ayuntamiento de Burgos no tiene ninguna obligación de comprar este producto, lo cierto es que Elementos de Sujeción Galvanizados Bupre está creando escuela en algo tan aparentemente sencillo como innovador.