Diez millones sin destino
La Cofradía de la Concepción sigue sin hallar un gran proyecto en el que invertir. Ampliará sus socios en breve
L. B. / Burgos
Cuesta creer en tiempos como los que corren que exista un buen puñado de euros a la espera de destino. Cuesta creer que los dueños de tal montante quieran invertirlo y cada vez que lo intenten se topen con algún obstáculo insalvable. Cuesta creer que casi siempre este muro se resuma en falta de voluntad institucional. Cuesta creerlo, pero en esa tesitura se encuentran los más de 10 millones de euros que obtuvo la Cofradía de la Concepción tras la venta de los terrenos de Bakimet que obtuvo con la permuta del Hospital de la Concepción.
Tras varios proyectos fallidos y la renuncia del anterior presidente, Fernando Saiz (al que sucedió hace ya un año en el cargo Vicente Rebollo, ecónomo de la diócesis, por decisión del Arzobispo, Francisco Gil Hellín) esta suculenta cifra permanece en su singular limbo a la espera de su gran oportunidad.
Cabe suponer que su destino será uno de los temas a tratar en la junta directiva de la Cofradía de la Concepción, que ahora mismo integra siete miembros, convocada a finales del mes de noviembre.
Con todo, el objetivo fundamental de la reunión será el de analizar la entrada de nuevos cofrades, cuyo acceso sería confirmado en diciembre con la intención de revitalizar y dar un nuevo impulso La idea es, por lo menos, duplicar el número de socios. El único requisito para acceder es hacerlo invitado por un cofrade y presentar la oportuna solicitud, que será estudiada por la junta directiva.
«Lo que hace falta es gente joven, con ganas de trabajar e ideas atractivas para emprender un nuevo rumbo», indica Fernando Saiz, que ingresaba en la Cofradía del Hospital de la Concepción en 1983. Sólo él y Julio González Soto eran socios por aquel entonces. González Soto fallecía en 1985 y Saiz quedó al frente de esta institución fundada en el siglo XIV por Diego de Bernuy y Orense de Mata, que construyó el hospital para atender a los necesitados.
Tras más de un cuarto de siglo al frente de la Cofradía de la Concepción, a la que aún sigue vinculado a pesar de su renuncia, la indignación se cuela en su voz cuando recuerda los repetidos 'tropiezos' de todas las iniciativas emprendidas con mucha ilusión y agotadas con no poco desencanto, como agotado quedó él mismo al ver fracasar el último intento, el centro de rehabilitación para lesionados medulares, al tiempo que Hacienda estimaba que debían abonar a las arcas públicas más de un millón de euros por impuestos derivados de la permuta de los terrenos, al rechazar que se tratara de una expropiación. Saiz recuerda que esta decisión está recurrida pero pierde la cuenta al calcular lo que puede tardar el fallo que la podría anular, o no.
Así, mientras el tiempo pasa y el dinero queda, algún que otro pellizco alivia las estrecheces propias del momento. Cáritas o los alumnos más necesitados de los centros educativos que dependen del Arzobispado, entre otros pequeños proyectos solidarios, han recibido parte, aunque pequeña, de este dinero para salir del paso.
El resto, el grueso, seguirá en el limbo si nadie -ni el nuevo equipo, un proyecto adecuado y, sobre todo, la voluntad política e institucional- lo remedia.