Los recortes frenan el centro de día de Aspaym a la espera de apoyos privados
La Asociación de Parapléjicos y Minusválidos de Castilla y León proyecta atender a 150 personas al mes pero carece aún de financiación para equiparlo y ponerlo en marcha
L. B. / Burgos
El recorte presupuestario con el que la Administración regional pretende hacer frente a la crisis durante 2011 ha tocado al centro de día de la Asociación de Parapléjicos y Minusválidos de Castilla y León (Aspaym) en Burgos. Aunque la construcción del edificio -emplazado en Villagonzalo Arenas, junto al polígono de Villalonquéjar- ha finalizado en el plazo previsto, la falta de una nueva partida frena la puesta en marcha del espacio a la espera de financiación privada que permita adquirir el equipamiento y contratar personal.
El pasado mes de abril la Junta de Castilla y León aprobaba una subvención de 281.914 euros para la ejecución de las obras. En aquel momento, la responsable de la iniciativa, Gloria Arranz, anunciaba que la intención de Aspaym era que el centro funcionara a pleno rendimiento en 2011.
«Ahora mismo estamos buscando recursos para abrir las instalaciones y aunque queremos hacerlo cuanto antes no podemos ni siquiera marcarnos unos plazos. Lo único que sabemos con certeza es que los presupuestos del año que viene están cerrados y no incluyen partida alguna para este proyecto», relata Arranz.
Las dependencias -que optan a las ayudas de la Obra Social de Caja de Burgos en función de los votos de sus clientes- contarán con medio centenar de plazas aunque desde Aspaym estiman que cada mes atenderán a más de 150 burgaleses en varios turnos.
Al igual que en las instalaciones que Aspaym gestiona en Valladolid, León o Ávila, las proyectadas para Burgos «ofrecerán rehabilitación y recuperación para lesionados medulares con dificultades de movilidad e incluirán también servicios de integración laboral dirigidos a personas con discapacidad así como formación en este sentido», detallaba ya en el mes de abril Gloria Arranz.
Expansión en la provincia
El centro aspira a crear a largo plazo una docena de puestos de trabajo y supondrá la expansión de la agrupación en Burgos. Aunque actualmente ya cuenta con 50 socios en la provincia, Arranz espera que la puesta en marcha de este espacio provoque un aumento «hasta alcanzar los 700 y 800 asociados que tenemos en otros lugares de la región».