El transporte urbano registra 52.209 viajeros más que en 2009
Sólo uno de cada doce paga en efectivo. El resto hace uso del bonobús
C.VELASCO / Burgos
En unos días los ciudadanos ya no podrán usar las antiguas tarjetas de autobús ya que, con la llegada de 2011, el transporte urbano de la capital solo aceptará la forma de pago sin contacto que comenzó su andadura en el mes de marzo. El nuevo sistema, las dificultades en el tráfico en algunos puntos de la ciudad, la mejora de las líneas que se dirigen a la estación Rosa de Lima, a barrios como Villatoro, Villafría o Castañares y, simplemente, el alto precio del combustible han hecho que, durante los once primeros meses del año, el transporte urbano haya registrado un total de 52.209 viajeros más que en el mismo periodo de 2009.
El concejal de Movilidad y Transportes, Esteban Rebollo, explica que, desde enero, este servicio ha recibido un total de 12.335.471 usuarios, frente a los 12.283.262 de 2009, algo que supone un aumento en prácticamente todos los meses del año. De todos estos viajes, aproximadamente un millón han sido abonados con dinero en efectivo mientras que los once restantes han sido pagados con tarjeta, según datos aportados por el edil popular.
Este sistema de pago puede ser personalizado en el caso de pensionistas y familias numerosas, por lo que el importe por viaje es menor que el del resto de propietarios de tarjeta (35 céntimos) y que el billete adquirido en el autobús (0,85). Por el momento, la oficina del Servicio de Autobuses -ubicada en la plaza Virgen del Manzano número 1- ha contabilizado 12.510 tarjetas individualizadas.
En el caso de las normales, que se pueden adquirir por dos euros en cualquiera de los aproximadamente 130 establecimientos encargados de su venta en toda la capital, se ronda las 100.000 tarjetas vendidas. Desde Transportes cumplen así las estimaciones marcadas con la puesta en funcionamiento de la nueva tarjeta bonobús.
Rebollo recuerda que también se han traspasado los saldos de 3.325 tarjetas y aprovecha estos datos para hacer un «balance positivo» de la utilización de este sistema que permite algo fundamental en el transporte urbano: reducir el tiempo que los autobuses permanecen en las distintas paradas.
No en vano, esta tarjeta puesta en marcha por el Área de Transporte Urbano del SAMYT, se creó como un sistema de billetaje de última generación sin contacto, vinculado con herramienta de comunicación más potente. Un cambio tecnológico que marca un hito en la historia del servicio y cuyo objetivo es mejorar la calidad del mismo para los propios usuarios del transporte urbano de la capital.