INCENDIOS
El abandono provoca uno de cada cinco incendios en inmuebles de la ciudad
El cuerpo de Bomberos sofoca 64 fuegos en edificios, locales y naves deshabitadas desde 2008 . Alguna construcción acumula 12 incendios en los últimos tres años
J. MAIQUES / BurgosSon el refugio preferido de okupas y mendigos y eso les convierte en una de los principales causas de los incendios que se producen en la ciudad. En los últimos tres años, uno de cada cinco fuegos que se han originado en inmuebles de la capital se han producido, exclusivamente, en edificios, naves y locales abandonados de la capital. En concreto, de las 316 intervenciones realizadas por los bomberos en todo tipo de construcciones, 64 encontraron el origen en estos espacios deshabitados.En este amplio listado llama la atención que algunos inmuebles son famosos ya en el parque de Bomberos de la capital por su reincidencia. Y de todos ellos, especialmente sangrante es el caso de la antigua fábrica de Quesos Angulo. Prueba de ello es que, desde el 13 de junio de 2008 y hasta el 19 de marzo de este año, este lugar ha acumulado, por sí sólo, 12 incendios. Ahora, afortunadamente, la constructora Jovilma se ha hecho con los terrenos, ha acabado con la escombrera y piensa levantar una urbanización de lujo en la zona.El siguiente inmueble en este ránking de desprestigio es el antiguo hotel Villa Jimena (en el paseo de los Pisones). Allí los bomberos han tenido que intervenir hasta en cuatro ocasiones desde 2008. La última vez, el pasado 10 de junio.Así las cosas, el jefe del cuerpo de Bomberos, Juan Luis González Ubieta, explicó a este periódico que en muchas ocasiones sólo ha habido que actuar en «pequeños conatos» en el interior pero que, sin embargo, otras veces la situación se ha puesto más seria y se han enfrentado a «importantes fuegos como el que se produjo en Muebles Baruque», recuerda.Y es que, precisamente este local de la calle de San Pedro de Cardeña fue el escenario de dos fuegos que se produjeron, curiosamente, dos días seguidos (el 29 y el 30 de agosto de 2009).Para señalar la procedencia de los fuegos en estos inmuebles en desuso, el jefe de bomberos señaló que, en la mayoría de los casos, el incendio surge por la entrada de okupas o mendigos. Y es que, muchas veces, estas personas «hacen un fuego para calentarse en invierno» o manipulan el sistema eléctrico para obtener luz.De regreso al ránking, la antigua fábrica de Lejías el Cid aparece en la nómina como otra de las construcciones protagonistas por este tipo de sucesos. En este caso, los bomberos se desplazaron hasta la calle los Colinas en dos ocasiones durante 2008 y en otras dos en 2010. La última vez, el 1 de agosto del año pasado.Del mismo modo, los bomberos también se han desplazado, hasta en cuatro ocasiones, a las casas abandonadas del Camino de Revenga (en la zona de El Grajo y de las traseras del nuevo hospital). Y así, en alguna ocasión en trece viviendas, en once locales y en trece naves o fábricas.PropietariosEn cualquier caso, Ubieta lo tiene claro y sostuvo ayer «que el dueño del edificio es siempre el último responsable» porque debe garantizar el estado y el decoro del edificio. Y va más allá cuando apunta que, en ocasiones, los interese encontrados de propietarios e inquilinos de rentas antiguas hace que los primeros, sobre todo en el centro histórico, «fuercen la situación de abandono». Del mismo modo, Ubieta no oculta que también hay casos extraños en los que incluso, tal y como apunta, puede ocurrir que sea el propio propietario el que provoque el incendio para conseguir una declaración de ruina y echar a los inquilinos. Eso sí, ahí el papel de los bomberos llega hasta la elaboración de un informe y, a partir de ahí, ya es la policía científica la que se encarga de investigar el caso.Y como es el propietario el responsable de lo que ocurre en su edificio, también se debe encargar de pagar las tasas establecidas en la ordenanza 212 del Ayuntamiento para las salidas de los bomberos. Un pago, ciertamente bajo para los casos reincidentes, ya que, por ejemplo, una intervención en un edificio durante una hora está tarifado, de media, en unos 200 euros. Del mismo modo, tampoco está establecida una sanción por reincidir, como se ha escrito en esta información, hasta en doce ocasiones en tres años.