El Correo de Burgos

Emiliano Aguirre une humanidad y ciencia en los premios Evolución

El primer director de Atapuerca dice «disfrutar como nadie» de los premios y reconocimientos

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En la Trinchera del Ferrocarril de los Yacimientos de Atapuerca se vivieron momentos de emoción contenida en la entrega de los Premios Evolución de la Fundación Atapuerca, en la categoría de Labor Científica y en la de Valores Humanos, al primer director del Equipo de Investigación de Atapuerca, Emiliano Aguirre. En el acto participaron autoridades municipales, provinciales y autonómicas encabezadas por la consejera de Cultura, Alicia García quien afirmó que «nada de esto hubiera sido posible sin el compromiso, la fe y el tesón de aquel joven investigador del CSIC que un buen día vislumbró, como siempre sucede con los genios, la importancia de esta sierra burgalesa», tal y como recoge la Agencia Ical.

Pero los momentos más emotivos vinieron de la mano de aquellos jóvenes que empezaron con él la aventura de Atapuerca lo que convirtió la entrega de premios en un acto entrañable que arrancó con un discurso improvisado entre los tres codirectores de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. En él reflejaron que este acto sirve «para que Emiliano Aguirre sienta el aprecio que tiene de este grupo de jóvenes científicos que empezaron con él». Cada uno de ellos relató anécdotas de su trabajo en común. Bermúdez de Castro destacó la austeridad que pasaron en los comienzos y cómo Aguirre se leyó los 300 folios escritos a lapicero de su tesis sin ser su profesor y «me dijo que dejara espacio entre las líneas para que pudiera hacer anotaciones», relató. Juan Luis Arsuaga afirmó que «es el momento que digamos eso que a los hombres nos cuesta tanto decir: que te queremos y que te hemos querido siempre a pesar de los problemas que a veces hemos tenido». Eudald Carbonell apuntó que «soñar y reflexionar es algo que va asociado» relacionando el carácter humanista del galardonado y recordó cuando recién licenciado, hace más de 30 años, le dijo «quiero trabajar en Atapuerca».

Por su parte, el homenajeado afirmó que «no sé qué mal he hecho yo para durar tanto y disfrutar como nadie». En su encuentro lamentó que el descubridor de las cuevas de Altamira no pudiera disfrutar del reconocimiento que él si ha podido vivir para apuntar que «dudo mucho que pueda decir lo que siento porque es tan enorme las memorias, ideas y realidades que mes estáis haciendo vivir que no puedo con ello», reconoció. En su discurso hizo un repaso por sus inicios y afirmó que en Atapuerca «ciencia y humanidad se han unido» y aseguró que «es mucho más lo que queda».

Emiliano Aguirre nació el 5 de octubre de 1925 en El Ferrol (La Coruña). Estudio Humanidades y Filosofía en la Facultad Eclesiástica de Alcalá y se licenció en Ciencias Naturales por la Universidad de Madrid y en Teología por la Universidad de Granada. En 1966 se doctoró en Ciencias Biológicas y fue director del Equipo de Investigación de Atapuerca de 1978 a 1990.

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