CLAUSURA DE LA 37 REUNIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD NUCLEAR ESPAÑOLA
Industria aboga por los avances en reactores para evitar catástrofes
M. R. / Burgos
La seguridad de las centrales nucleares y el futuro de la energía nuclear después del accidente de la central japonesa de Fukushima han centrado buena parte de los tres días de duración de la 37 Reunión Anual de la Sociedad Nuclear Española que se ha celebrado en Burgos, en el palacio de Congresos Sierra de Atapuerca. Cáceres tomará el relevo el próximo año como sede de este encuentro, que ha reunido en la capital a más de 600 personas.
Tras una sesión técnica dedicada a la operación a largo plazo de las centrales, fue el turno de las conclusiones. Entre los participantes en la clausura, el subdirector general de energía nuclear del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (MITyC), Javier Arana, planteó una pregunta sobre qué supondrá el accidente en Fukushima para la energía nuclear y su impacto en la opinión pública. En su opinión, se ha generado incertidumbre, ya que el accidente ocurrió en un momento de clara expansión de la energía nuclear, ya que el pasado año se inició la construcción de 17 plantas. Este accidente también ha generado una postura «casi unánime» de exigir a las centrales medidas de seguridad más rigurosas. En este sentido, recordó que los test de resistencia a los que se han sometido a todas las centrales, a las que felicitó por su trabajo «plenamente satisfactorio», deberán servir para realizar las modificaciones que fueran necesarias. De igual modo, Arana apostó por seguir investigando en el desarrollo de los reactores y así se puedan descartar accidentes de la magnitud de Fukushima. Entre las principales conclusiones del encuentro, la organización ha destacado que la producción de energía eléctrica de origen nuclear «es imprescindible en la cesta eléctrica española» dados sus costes competitivos, así como la garantía de suministro y el respeto al medioambiente, que supone «un pilar para la economía de nuestro país».
Otro aspecto relevante que se ha defendido en este foro es que la situación de crisis económica debe permitir la operación a largo plazo de las centrales por ser «una necesidad». Las pruebas de resistencia de las centrales son «una respuesta rigurosa y exigente frente a lo ocurrido en Japón que permiten confirmar las fortalezas en seguridad nuclear».
El director general de Energía y Minas de la Junta de Castilla y León, Ricardo González, realizó una apuesta por un «mix energético equilibrado» en el que están presentes todas las fuentes energéticas. También defendió la continuidad de la central de Garoña si está fundamentada con criterios técnicos. El acto de clausura contó con la intervención final de la consejera del Consejo de Seguridad Nuclear Rosario Velasco.