Los Vadillos lucha contra su extinción
La peña prorroga la campaña para ganar al menos 50 socios hasta marzo. Si no lo logra, 'colgará' las blusas
L. B. / Burgos
Resisten, pero hasta la ilusión, además de la paciencia, tiene su límite. Y, para colmo, mucho más estrecho es el margen económico. Los integrantes de la Peña Vadillos han fijado un nuevo plazo para evitar su extinción. Si antes del mes de marzo no logran sumar 50 socios, «eso sí, que no sean familiares o amigos, sino gente del barrio con ganas de hacer cosas», la agrupación desaparecerá. Lo explica Alberto Aguilera, miembro del colectivo durante los últimos doce años y líder de una resistencia a la que él mismo pone fecha de vencimiento, ampliando la inicial, por cierto, que era el pasado mes de septiembre.
«No podemos aguantar en las condiciones actuales», explica para, acto seguido, reconocer la gran tristeza que le provoca pensar en el más que posible fin de una peña con más de tres décadas de historia, desde 1979, y ostenta desde 2008 el título de Buen Vecino de Burgos.
Ahora mismo la peña Los Vadillos reúne a 30 socios aunque el mínimo sugerido por la Hermandad de Peñas es 45. Con todo, han logrado esta afiliación 'tirando' de conocidos.
«Y así no hacemos nada, principalmente por cuestiones de dinero», apunta Aguilar. «Como no hay charangas en la capital burgalesa hay que contratar a músicos, un mínimo de cinco o seis, a los que hay que pagar las dietas. Supone un coste medio aproximado de 7.000 euros y recibes unos 3.000 de subvención mediante la Agrupación de Peñas. Haciendo cuentas, ni siquiera con una cuota de 50 euros contando en llegar a ser unos 60 socios cubriríamos este gasto al que se añaden otros que pueden sumar 3.000 euros más lo que hace un total de 10.000, de los que tenemos que poner 7.000, que por muy bueno que salga el día en El Parral no consigues sacarlos y menos ahora con lo cara que está la materia prima», relata.
Hechas las cuentas y pensando «con el corazón» más que con la cabeza, según reconoce Aguilar, los socios empeñados en mantener con vida la agrupación quieren pensar que «quizá», si logran esos 50 más, que de momento no aparecen, podrían capear el temporal.
«Me da mucha pena. Yo no soy del barrio pero mis amigos sí y por eso me impliqué. Lo que me parece triste es que desde que en julio colocamos carteles pidiendo colaboración solo una persona de la zona ha llamado. Lo curioso es que la gente tampoco quiere que desaparezca esta peña, pero como no se animan a participar eso es lo que ocurrirá», añade el portavoz.
Entre las opciones barajadas está también la fusión con la Peña La Farra, de la que el actual presidente de Los Vadillos, Carlos Hortigüela, es partidario en caso de no encontrar otra solución. Sin embargo, Alberto Aguilar, como peñista dice estar poco convencido de que esa sea la salida. «Al fin y al cabo es otra peña distinta», considera y reconoce que «lo de ser una agrupación pequeña lo hemos elegido nosotros mismos y ahora nos pasa factura».
Hasta marzo, mientras esperan adhesiones en respuesta a su último llamamiento, tratarán de dar con la idea que les permita sobrevivir «a largo plazo, claro, no queremos parches porque el año que viene estaríamos igual», apostilla Aguilar.
Los que, tras leer estas líneas y conocer la situación, quieran evitar la extinción de la blusa azul y el pañuelo amarillo que colorea a Los Vadillos, pueden contactar con la agrupación en el 686831934.