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GERARDO SANTAOLALLA Y JESÚS PELÁEZ

Reconocimiento a dos vidas con dedicación plena al trabajo

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Burgos

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M. R. / Burgos

Gerardo Santaolalla González y Jesús Peláez González son dos extraordinarios ejemplos de una vida dedicada de manera plena y constante a sus trabajos. Con diferentes recorridos vitales y con distintas trayectorias profesionales, ambos representan dos maneras de «vida entregada, a través de sus trabajos, a la sociedad, a sus familias y a los derechos de los trabajadores», según destacó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado. Ayer les entregó a ambos la Medalla al Mérito en el Trabajo en un sencillo acto celebrado en el Monasterio de San Juan, donde ambos estuvieron arropados por sus familiares y allegados.

En el caso de Santaolalla, este reconocimiento lo ha recibido con «sorpresa y con una gran satisfacción». Llama la atención que después de más de 50 años cotizando no tenga una pensión, pero el caso es se inició en el mundo laboral con poco más de nueve años. Algo muy normal en su época, afirma este hombre de 68 años hecho a sí mismo. «Ocurría en todos los lugares, porque nací en el campo y soy hijo de agricultores». Así que lo normal era ayudar en las tareas. Poco después las «facetas de la vida me han ido llevando por otros derroteros».

Un ir y venir en el que, admite, ha recibido algo de ayuda. «Un ángel o alguien me ha protegido porque la vida me ha dado más de lo que creo que merezco», señala con humildad. Lo cierto, dice, es que no se esperaba este premio, que sus allegados le 'ocultaron' para darle una sorpresa. Hasta que un periodista que le llamó para entrevistarle por el premio levantó la sorpresa. Ayer sólo se podía mostrar agradecido.

Igual de satisfecho y agradecido se mostraba Jesús Peláez. También empezó en el mercado laboral a los nueve años, vendiendo caramelos cuando salía del colegio. Después fue carpintero y recaló en la desaparecida Cellophane. Allí llegó a la prejubilación y ahora espera que le toque la jubilación definitiva. Su labor siempre ha estado vinculada a los sindicatos, como trabajador de base. Fueron sus compañeros de sindicato los que elevaron la propuesta para le otorgaran el reconocimiento. Una medalla que es para «todos los compañeros, para los trabajadores». Humilde, como su compañero de premio, afirma que «había muchísima gente que se la merecerá y acaso nunca lleguen a tener este galardón».

Peláez habló de la crisis económica y de lo «crudo que lo tienen los jóvenes». Lamentó que hay «muchos derechos de los trabajadores que estamos perdiendo». Igualmente aseguró que los jóvenes «no se implican demasiado» ante lo que está pasando.