ADIÓS AL YAGÜE
Más que un adiós, un hecho histórico
Los trabajadores del servicio de Traumatología promovieron ayer una foto de grupo a la entrada del Hospital General Yagüe para despedirse de las instalaciones
N. E. / Burgos
Es un adiós, pero no es una despedida cualquiera. El cierre del Hospital General Yagüe que se producirá el lunes, 18 de junio, pone fin a una historia que se iniciaba en 1960 cuando había más camas que personal médico. Lejos, muy lejos quedaron aquellos comienzos.
Han sido tantas las vivencias, las de los miles de burgaleses que han pasado por sus instalaciones y las de todos y cada uno de los trabajadores, que más que un traslado supone un hecho histórico. Así lo sienten en estos días muchos médicos, enfermeros, celadores, auxiliares, limpiadores, personal administrativo... Por este motivo, ayer los trabajadores del servicio de Traumatología, que abandonan para siempre el Yagüe durante la jornada de hoy, organizaron una despedida especial. «No queríamos marcharnos con un portazo», aseguraba el jefe de esta especialidad, Agustín Blanco, que se mostraba convencido de que en este centro ha vivido los mejores años de su vida y «los más brillantes de la Seguridad Social».
Casi un centenar de trabajadores participaba ayer en una fotografía de grupo a la entrada del viejo Yagüe con la idea de dejar constancia de este momento. Después se reunieron en la cafetería, que ya está cerrada, para brindar por un nuevo comienzo que también viven con emoción.
El jefe de Traumatología explicaba que llegó a Burgos desde su Madrid natal en el año 1981. «Venía a pasar una temporada a seguir aprendiendo y trabajar en mi especialidad, pero han pasado más de 30 años», recordaba. Cuando llegó al General Yagüe, Traumatología era una especialidad «pequeña» y «pintaba poco» en el conjunto de este edificio que, entonces, se veía enorme. Destaca que con el paso de los años y rodeado de un equipo de buenos profesionales se puede decir que, a día de hoy, «somos punteros en España». El número de profesionales en esta especialidad se ha triplicado con el paso de los años y ronda el centenar. «Si tuviera que destacar un momento vivido en el centro destacaría toda la evolución de Traumatología y el crecimiento que ha tenido en los últimos 30 años».
Como responsable de uno de los servicios con más volumen de trabajo, el doctor Blanco vive con una ilusión «enorme» la llegada al nuevo hospital. Se muestra realista al afirmar que los cambios son difíciles y que habrá deficiencias, pero comenta que se abre una nueva etapa en unas instalaciones que van a ser más cómodas tanto para el personal como para los pacientes.
Este va a ser el segundo estreno hospitalario que viva el jefe de Traumatología ya que en los inicios de su carrera vivió la apertura del Ramón y Cajal y, a partir de mañana, desarrollará su labor profesional en el Hospital Universitario de Burgos.
A pesar de que se existe un poso de tristeza al pensar en el cierre de estas instalaciones, este médico asegura que el Yagüe ha cumplido su plazo de existencia y, por tanto, está ya «obsoleto».
Hoy empieza otra historia para los integrantes de la plantilla de Traumatología. Igual que este pasado lunes vivían este traslado los de Urología y, ayer, les tocaba el turno a los de Cirugía General y Vascular. Poco a poco las distintas plantas del Yagüe van apagando sus luces y cerrando sus puertas para dar paso a una nueva etapa. El próximo lunes será el adiós definitivo. El martes nadie recorrerá los pasillos en busca de asistencia médica en el viejo hospital.