«Cada cultura es diferente, pero se lleva bien a pesar de la distancia»

ROCÍO SILVA / BurgosBonifacio Nguema, natural de Guinea Ecuatorial, hace veinte años cruzó desde África Central para llegar con mucha ilusión a nuestro país. «Al principio fue muy duro hasta que pude conseguir trabajo, pero luego me he encontrado muy a gusto. Problemas no he tenido muchos, sólo algún encontronazo con la justicia», ha declarado.Pero ahora, corren otros tiempos, sus expectativas de futuro quedan en entredicho y ni siquiera sabe si haber traído aquí a toda su familia «fue un acierto». «Cuando las cosas estaban bien, podíamos trabajar mi mujer y yo, lo que nos permitía darle a mis hijos la oportunidad de buenos estudios. Ahora, yo soy el único miembro que trabaja, y la cosa está muy mal. De hecho, si no fuera por mis hijos, que ya se han adaptado, firmaría volver hoy mismo».Al igual que está pasando con el resto de inmigrantes, a la familia de Bonifacio Nguema, sólo les queda aguantar mientras puedan, y cuando el trabajo escasee, «no tendremos otro remedio que marchar».Más información en la edición impresa.