Lacalle encarga a los arquitectos un diagnóstico de la vieja estación de tren
El contenido que se dará al inmueble se anunciará en la segunda mitad de septiembre / Sopesa crear un jurado de expertos para que elijan luego el proyecto ganador
J. MAIQUES / Burgos
El Ayuntamiento de Burgos sopesa contar con el criterio de voces expertas para elegir el proyecto ganador que se encargará de diseñar la rehabilitación de la antigua estación de tren. Al menos esa es una de las puertas que se abrieron ayer con la firma de un convenio entre la Administración local y el Colegio de Arquitectos de Burgos y en el que los profesionales de la edificación se comprometieron, entre otras cosas, a participar como jurado de un hipotético concurso que, si bien está encima de la mesa, tampoco se aseguró al 100% que se vaya a constituir. Por el mismo motivo, también quedó en el aire si, de llegar a crearse, se pedirá la participación de otros colectivos como ha ocurrido en el proceso de gestación del bulevar de la calle Vitoria y el Plan Director de Gamonal y Capiscol.
En todo caso, conviene aclarar que la opinión de los expertos testará únicamente los trabajos realizados ya que la decisión sobre el uso que albergará la antigua estación de tren será política. De hecho, el contenido se conocerá antes de que el trabajo de los arquitectos, que harán un estudio exhaustivo del inmueble, esté finalizado. El alcalde en funciones, Fernando Gómez, anunció que el uso de la dotación se conocerá «en la segunda quincena del mes de septiembre» y la memoria de los profesionales deberá esperar a los últimos días de octubre para estar finiquitada.
En cualquier caso, lo cierto es que el convenio firmado en la Casa Consistorial también servirá para que el Colegio de Arquitectos presente su visión del proyecto desde todas las parcelas en las que puede opinar. Y son muchas. Para empezar, tal y como señaló el secretario de la junta directiva de este colectivo profesional, Luis García Camarero, se realizará un «análisis de los elementos constructivos del edificio y, sobre todo, emitirá un diagnóstico de las patologías y males» que presenta el edificio. Un inmueble que, cabe recordar, ha sufrido un notable abandono desde diciembre de 2008.
Y aunque la decisión sobre el uso ya estará tomada antes de que esté terminado el estudio, los arquitectos también valorarán, a posteriori, «la viabilidad y el encaje que tiene» el proyecto elegido por el equipo de Gobierno. Un análisis para el que también se tendrá en cuenta «las posibilidades físicas del inmueble y el planeamiento urbanístico» que se exige para ese espacio (la normativa exige que el contenido sea social o cultural).
Será a partir de ahí, con un conocimiento exacto de la salud del edificio y sabiendo el uso que se le quiere dar a este histórico inmueble, cuando los arquitectos realizarán una estimación de la inversión que se precisará para transformar la vieja estación de tren.
Es precisamente en el apartado presupuestario donde el equipo de Gobierno, dada la situación económica, tiene puesta la esperanza de que la obra se pueda resolver con alrededor de 2,5 millones de euros. Cantidad que financiará la Unión Europea en un 70% con fondos del Plan Urban y que rematará el Ayuntamiento con el otro 30%. En este sentido, Gómez indicó que «aunque la realidad a veces nos demuestra otras cosas, en principio ese es el presupuesto del que partimos y el que creemos que podemos asumir».
Por su parte, García Camarero se mostró mucho más cauteloso con las cifras e indicó que la inversión que precisará la estación estará «absolutamente relacionada con el uso final» que se le dé al inmueble. Por ello, añadió que, en este momento y con la información de la que disponen (no saben cuál será el contenido) «es muy difícil hablar de estimaciones económicas».
Lo que sí se sabe es que habrá una importante «libertad de acción» en las obras que se quieran acometer en el interior del inmueble ya que la protección que pesa en el edificio solo exige «la conservación del envolvente»: las fachadas y la cubierta.