CRISIS
La crisis dispara la demanda de las sepulturas más baratas
Las peticiones de tumbas de tierra representan el 72,4% del total frente al 21% de 2005 . La demanda de criptas cae del 65,4% al 17%
J. MAIQUES / BurgosLa crisis no deja títere con cabeza y demuestra su poderosa avaricia hasta en la muerte. No existe otra razón que no sea la necesidad -al menos esa es la explicación que da la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de Burgos- para explicar que los burgaleses hayan cambiado el tipo de enterramiento que eligen para sus seres queridos. Las sepulturas de tierra, las más baratas de todas las que oferta la Administración, se han convertido, con una amplia diferencia, en las tumbas más demandadas por los ciudadanos. Si en 2005 solo el 21% de las sepulturas que se adquirían en régimen de concesión eran de este tipo, en 2012 la cifra se ha disparado hasta el 72,4%.Como no podía ser de otra forma, el terreno ganado por los enterramientos en tierra, que cuentan con una urbanización mínima, lo pierden las sepulturas en criptas construidas con prefabricados de hormigón. Estas representaban en 2005 el 65,4% de las nuevas concesiones que vendía el Ayuntamiento de Burgos y ahora apenas alcanzan un 17%. Los nichos (los huecos para entierros en pared) se mantienen bastante estables y suman aproximadamente el 10% de la demanda.Pero, ¿es tanta la diferencia en los precios para provocar un cambio de costumbre tan radical? Siempre han existido unas sepulturas más caras que otras, pero lo que verdaderamente ha crecido de manera desorbitada de 2005 a 2012 son las dificultades económicas que, ahora a diferencia de antes, padecen muchos más ciudadanos. Hasta el punto de tener que ahorrar en un rito con una tradición cultural y religiosa que, como norma general, no buscaba en los enterramientos el precio más bajo. Es más, siempre se ha extendido como una verdad incontestable que en un momento de luto el aspecto económico deja de importar y pasa a un segundo plano. Pues bien, no todos pueden permitirse pensar así.Más infromación en la edición impresa.