La clave, en manos de la paleoantropología

N. E. / Agencias / Burgos

La participación del director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, José María Bermúdez de Castro, ha resultado clave en la investigación que se sigue contra José Bretón por la desaparición de sus hijos hace más de 10 meses.

Su nombre, vinculado a los hallazgos en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, se ha visto relacionado con uno de los casos que ha conmovido a la opinión pública española. «No pensaba que me fueran a mencionar», aseguraba ayer a este periódico. Pero fue el propio ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, quien revelaba que la Policía decidió encargar un estudio al codirector de las excavaciones de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro, como «uno de los mejores expertos del mundo en antropología dental».

Los resultados de este informe pusieron de manifiesto que los restos hallados en la finca de las Quemadillas de Córdoba en el caso relacionado con la desaparición de los hermanos Ruth y José corresponden a «al menos un niño de 6,22 años» con margen de error de edad de más o menos 43 días.

Esta ha sido la primera ocasión en la que el científico del Cenieh colabora en una investigación policial. Así lo indicaba ayer, aunque no quiso desvelar más detalles por respeto al proceso en curso.

Lo cierto es que la participación de este experto ha resultado esclarecedora para la investigación, al igual que el informe que la familia de la madre de los pequeños solicitó al al antropólogo Francisco Etxeberria Gabilondo, subdirector del Instituto Vasco de Criminología, que ha participado en la exhumación de decenas de fosas de represaliados en la Guerra Civil.

Ambos informes antropológicos han concluido que los restos hallados en una hoguera en la finca paterna de Las Quemadillas pertenecen a niños. Las conclusiones de ambos trabajos suponen un vuelco en la investigación sobre el paradero de los hermanos Ruth y José, de 6 y 2 años, respectivamente, ya que contradicen el primer informe de la Policía Científica que el 11 de noviembre determinó que los restos encontrados un mes antes eran «huesos de pequeños animales, no existiendo huesos procedentes de restos humanos».

El informe de Etxeberria concluyó el pasado 17 de agosto que los restos pertenecían a «seres humanos inmaduros». Ante la contradicción delas investigaciones de la policía y las del antropólogo, el ministro de Interior aseguró que la Policía decidió encargar un tercer estudio a Bermúdez de Castro. Otro de los puntos coincidentes entre los dos informes de los antropólogos es que la temperatura que alcanzó la hoguera donde se encontraron los restos entre el 10 y el 11 de octubre se situó en los 650 grados y pudo llegar a alcanzar los 800 grados, a lo que pudo contribuir, ha dicho el ministro, la existencia de una placa metálica.