Medio centenar de ‘accionistas’ sin dinero
El recién creado Banco del Tiempo de Burgos ronda ya los 50 usuarios y aspira a seguir creciendo desde su sede en la Casa de la Cultura de Gamonal. Su web detalla los servicios que ofrecen y demandan sus socios
L. B. / Burgos
«Participa gratuitamente. Imparte clases o recibe apoyo en los estudios. Contribuye a mejorar tu calidad de vida y la de otros. Comparte actividades. Enseña lo que sabes y aprende de los demás. Ofrece lo que puedas hacer. No hay dinero, la única moneda de cambio es tu tiempo». Siete frases bastan como presentación. Las siete desfilan ante todo el que accede a bancodeltiempoburgos.es, la recién estrenada web de esta entidad que apuesta por recuperar el espíritu del trueque.
Con más de un millar de seguidores en su perfil de Facebook y pocos meses de funcionamiento en su ubicación definitiva -un despacho en la Casa de la Cultura de Gamonal-, suman ya medio centenar de socios inscritos formalmente.
La promotora del Banco del Tiempo de Burgos, María Pilar Barrios, está satisfecha con la acogida y convencida de que el listado de usuarios subirá como la espuma en un corto plazo. Espera, de hecho, poder ampliar el horario de atención, que ahora se limita a martes y jueves de 18 a 20 horas, para facilitarlo.
La idea cuenta con el respaldo del Ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Universidad de Burgos.
Aunque remite a la citada página -diseñada, por cierto, de forma altruista por la empresa Alcaweb- para conocer los detalles de esta iniciativa fundamentada en la igualdad, la reciprocidad, el intercambio, la voluntariedad y la responsabilidad, recuerda que, en esencia, se trata de un cruce de favores, un canje mutuo de horas en el que puede participar «cualquier persona mayor de edad y residente en Burgos».
Ya en la presentación de la iniciativa, allá por el mes de mayo, cuando Barrios se concentraba en darla a conocer, incidía en que se trataba de un proyecto muy necesario «en estos tiempos» porque el ahorro que supone un intercambio de servicios, ideas, labores «o incluso productos», apuntaba, será un alivio para muchos bolsillos ahogados por la implacable crisis económica.
«La idea surgió cuando me di cuenta de que había bancos del tiempo en toda España y también en toda la región menos en Burgos», comentaba antes de desmenuzar el largo camino administrativo recorrido hasta hoy.
Con todo, tanto en aquel momento como ahora, Barrios insiste en que «las prestaciones que se ofrezcan no deben en ningún caso sustituir una tarea estable que deba ser remunerada».
Cada usuario inscrito (tras introducir sus datos en el formulario que brinda la web y pasar por la sede de la agrupación con el DNI para validar y completar su ficha, así de sencillo y gratis, claro, porque aquí «no existe el dinero») recibe un talonario de diez cheques de una hora cada uno que podrá ‘invertir’ en los servicios que otros socios ofrecen.
Para evitar tentaciones de abuso el Banco del Tiempo de Burgos ejerce un control sobre el abono de las horas. Además, «los servicios que se demanden se prestarán en el domicilio del interesado así que nuestra obligación es vigilar», indica Barrios.
Las normas de funcionamiento detalladas en su sitio on line lo dejan claro además de señalar que el Banco del Tiempo de Burgos «no se responsabiliza de las consecuencias derivadas de las actuaciones, mal uso e incumplimiento de las estas por parte de sus usuarios» y añade que «si algún usuario sospecha o es víctima de engaño, fraude o mala intención por parte de otro, deberá comunicarlo para que se tomen las medidas oportunas».