El Correo de Burgos

CIENCIA

La era glaciar da pistas sobre el cambio climático

El exceso de precipitaciones aceleró la extensión máxima de paleoglaciares en el Mediterráneo hace 26.000 años

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

Conocer el pasado para prever el futuro. Es una máxima que repiten los científicos vinculados a los estudios en evolución humana. Además de las investigaciones sobre especie cobran importancia máxima los análisis de paleogeología (los procesos geológicos del pasado que quedan registrados en la roca), las geocronología (poner fecha a esos sucesos) y el paleoclima (analizar las marcas que los eventos climáticos del pasado dejaron en la tierra). En esta última línea se enmarca la nueva publicación científica realizada por el investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), David Domínguez. Extensión máxima de los paleoglaciares en las montañas del Mediterráneo durante la última glaciación publicada en Science Report esta semana. Según los análisis realizados por el equipo que dirige el geocronólogo del Cenieh, la máxima extensión de los glaciares en las áreas del Mediterráneo de la Península Ibérica y en la zona de los Apeninos y los Andes pero no en las zonas de Turquía que no se ven afectadas por las mismas corrientes atmosféricas, se dió antes de lo que se pensaba. El informe calcula que una de las consecuencias de las altas precipitaciones que se produjeron fue que los glaciares alcanzaron su máxima extensión hace 26.000 años, 5.000 años antes que el máximo desarrollo de estos elementos en la última glaciación en el norte de Europa.

Para determinar la extensión máxima del glaciar se han analizado las morrenas de las sierras de Guadarrama, Gredos y Béjar así como dataciones que se han realizado en grandes bloques ubicados en la zona con la técnica de Isótopos Cosmogénicos. Para conocer la pluviometría registrada entonces se han analizado las estalagmitas del interior de la Cueva del Águila en Ávila con la cronología de Uranio Torio. El interior de estas rocas de lenta formación presentan anillos que determinan su edad y su polvo permiten conocer el clima y la fauna registradas en esas fechas.

Mediante el análisis de esa meteorología en la que se registraban fuertes cambios de temperatura, se permiten recrear efectos climáticos de corrientes atmosféricas y oceánicas que podría determinar «las precipitaciones en el mediterráneo que pueden afectar a un futuro próximo», apunta David Domínguez. «Estos patrones de clima son antiguos, no hay registros de ellos y por lo tanto permiten saber qué puede suceder en un escenario no registrado y puede indicar posibles efectos de ese cambio climático a escenarios que no conocemos», concluye.

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