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La familia de Atapuerca se reúne por primera vez en los Premios Evolución

La Fundación reconoció el «ingenio y sagacidad» de los pioneros de la campaña del 76

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Burgos

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MARTA CASADO / Burgos

La campa situada junto a la cueva del Silo fue un lugar de reencuentros. La familia científica de Atapuerca se reunía al completo por primera vez. No faltaba nadie. La excusa la sirvió en bandeja la Fundación Atapuerca al conceder los Premios Evolución a los valores humanos al Grupo Espeleológico Edelweiss, y al valor científico a Trinidad de Torres.

Ambos fueron partícipes de los trabajos arqueológicos de 1976, la denominada Campaña 0 en Atapuerca. Aquel fue el germen del proyecto que, poco después, presentó Emiliano Aguirre, primer director de las excavaciones sistemáticas en la zona que «se han mantenido en estos 30 años y sólo se ha excavado la mitad de lo que hay», reflejó emocionado el paleontólogo para cerrar la gala de entrega de premios más emotiva. «Son personas que nos han dejado sello y permanecerán en nuestro corazón como amigos», expresó en el inicio del acto el vicepresidente de la Fundación, Eudald Carbonell, quien concluyó su intervención diciendo «sin su ingenio y sagacidad Emiliano no hubiera ideado un proyecto de esta envergadura».

Tras estas palabra el presidente del Grupo Espeleológico Edelweiss, Miguel Ángel Martín Merino, recibió el galardón que reconoce el valor humano de un grupo que nunca ha abandonado la sierra de Atapuerca desde las primeras prospecciones en los años 50. En su intervención recordó cada uno de los grupos de investigación con los que han colaborado, cómo ha crecido el equipo y en especial el año 76. «Fue un hito para el grupo entonces iniciamos colaboraciones con otros espeleólogos que venían con Trino y que después nos acompañaron en diferentes excavaciones, y al propio Trino le hemos enviado todos los restos de osos que nos hemos encontrado por las cuevas de Burgos», afirmó Martín Merino quien no dudó en hacer subir a todos los miembros de Edelweiss presentes para disfrutar de este galardón. Echando la vista atrás, Martín Merino reconoció que tras recoger los fósiles de la Sima de los Huesos «nos parecía que eran muchos restos y que esto podía prometer pero creo que nadie se imaginaba que había para tanto».

Especialmente emotivo arrancó Trino Torres tras recibir el Premio Evolución de la mano de José María Bermúdez de Castro. Recordó a dos de los compañeros de aquella expedición de 15 amigos, arqueólogos y espeleólogos fallecidos. Ganó al público con su simpatía en un discurso improvisado donde defendió el papel de los espeleólogos. Recordó cuando de niño el «cura de los huesos», Emiliano Aguirre, «me dio fósiles de Torralba y me puso a siglar, allí conocí la paleontología que me apasionó» aunque se hizo ingeniero de minas. Además aconsejó a los jóvenes excavadores, sentados en las laderas, que «no olvidéis el trabajo de los viejos   aunque tengan 100 años, combatir paradigmas, establecer nuevos pero ser prudentes».

Respecto a su papel en un yacimiento al que hasta ahora no había vuelto aseguró que «las cosas rodaron así, yo he hecho carrera científica y docente al margen de Atapuerca y me siento superagusto». Aseguró que sigue el trabajo científico del yacimiento. No había vuelto a la zona y puntualizó que «no cabe duda que el factor que ha tenido en Ibeas y en Burgos capital» Las cosas han cambiado mucho desde el 76. «Entonces la arqueología era cosa de locos, con cuatro duros nos conformábamos, en mi caso lo pagué de mi bolsillo, y ahora es una ciencia reconocida que tiene peso en el país y Atapuerca es un referente en ello».

En el acto no faltaba nadie. La consejera de Cultura, Alicia García, fue testigo de este evento que afirmó es un ejemplo de que «desde la colaboración y la cooperación se ha creado este gran proyecto científico, cultural y divulgativo que la Junta viene apoyando, un proyecto que es de todos». Junto a ella el director de Patrimonio, Enrique Sáiz, y el responsable de infraestructuras culturales de la Fundación Siglo, José Javier Fernández Moreno o la coordinadora general del Museo de la Evolución, Aurora Martín, estaban presentes en el acto. Junto a ellos también los alcaldes de Burgos, Javier Lacalle, Ibeas, Juan Manuel Romo, y Atapuerca, Raquel Torrientes. La familia de la parte administrativa que, tras los logros y evidencias científicas, han apoyado un proyecto que hoy genera resultados más allá de la ciencia: los turísticos y las alternativas de gestión del territorio. Una pelea en la que aún queda mucha lucha.