>INFRAESTRUCTURA SANITARIA / Vaciado del Yagüe
El viejo hospital dona sus órganos
Todos los hospitales de la Comunidad se han beneficiado de su equipamiento sanitario y de la tecnología . El mobiliario se ha repartido entre 65 entidades
L. B. / Burgos
La cuenta atrás ha comenzado. En unos pocos días el cierre del Yagüe será definitivo. Y real. Porque el que protagonizó en junio de 2012 el consejero de Sanidad, Antonio Sáez Aguado, fue ficticio, simbolizó en realidad la nueva etapa sanitaria que iniciaba la capital burgalesa. Pero esa puerta se volvía abrir poco después. Quedaba en el viejo edificio mucho por hacer: desmontar, embalar, etiquetar, repartir, limpiar... El inmueble, que había muerto a edad avanzada, tras pelear muchos años por mantener su dignidad, donaba generoso sus órganos para alegría de otros hospitales de la Comunidad. «Los equipamientos médicos y la alta tecnología con una antigüedad no superior a siete años se han repartido entre los distintos centros de la Gerencia Regional de Salud. También se han llevado parte del mobiliario clínico y de oficina, que incluso se ha enviado a algunos centros de salud». El que ofrece estos detalles es Francisco Gamarra, subdirector de Gestión Económico y Administrativo del Hospital Universitario. Él ha capitaneado la minuciosa labor de desmontaje y se presta gustoso a ejercer de guía por un Yagüe ahora casi desierto. Apenas queda un puñado de muebles por retirar. Aguardan agrupados en los sótanos. Las plantas de ingreso, los hospitales de día, los quirófanos, las áreas de Intensivos o Rehabilitación casi no se reconocen salvo por algún cartel olvidado que da pistas de lo que fue. Ni siquiera quedan cascotes en el suelo propios de picar las paredes para desmontar determinados equipos. Algún cable suelto delata que allí estuvieron. Eso sí, hay rincones que aún conservan ese aroma típico de todo hospital que, tras 52 años, debe ser complicado eliminar en este caso. Para Gamarra lo más laborioso ha sido cumplimentar todos los trámites necesarios para traspasar o donar equipos y muebles. Un trasiego de solicitudes y autorizaciones ocupó los primeros meses tras la mudanza de la actividad. Después llegó el turno de los camiones. Señala además que retirar según qué elementos no ha sido tarea fácil. Hay materiales -como los del área de Radiología- que necesitan un tratamiento especial y se ha tenido que recurrir a los fabricantes. Aún vacío, Gamarra reconoce cada rincón del Yagüe. Y no es tarea fácil. Se sabe casi de memoria el destino de lo que hasta hace poco ocupaba cada sala. Destaca entregas como las de la unidad de reanimación al completo a Palencia o la de hemodinámica a León. Para Valladolid han salido camas, armarios y un arco quirúrgico. Segovia se ha llevado una sala de rayos, Zamora varios vídeocolonoscopios y una central de monitorización, Soria un ecógrafo, varios desfibriladores y un centenar de camas... Son solo algunos ejemplos porque el listado es largo. Tanto o más -aunque de menos valor- es el correspondiente a las 65 instituciones públicas (desde la Guardia Civil hasta el centro penitenciario), asociaciones, fundaciones y asociaciones de todo tipo, entidades religiosas y también particulares -mediante enajenación directa- que solicitaron algo de lo que quedaba tras surtir a los centros sanitarios. Aparatos y muebles que en algunos casos suman décadas de vida que prestarán un servicio más allá del Yagüe. El 31 de agosto -o antes, porque ese es el plazo máximo- el silencio se adueñará de sus 50.000 metros cuadrados, eso sí, hasta nueva orden.