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Solo la patronal percibe indicios de recuperación

El comercio y los sindicatos no comparten su optimismo

Burgos

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L. B. / Burgos

Suenan los tambores de victoria. Los indicadores macroeconómicos han lanzado las campanas al vuelo y animan a las administraciones a dibujar brotes verdes en el horizonte. Si bien pocos se atreven a proclamar el final de la crisis, son varias las voces que celebran el ‘cambio de tendencia’. La Junta de Castilla y León bailó este mismo son el pasado lunes y tras confirmar la salida técnica de la recesión confirmaba la presencia de datos «esperanzadores» en diversos ámbitos.

En Burgos, sin embargo, este optimismo solo tiene eco en la patronal. Ni los comerciantes ni los sindicatos comparten la alegría contenida. Son de hecho demoledores en su análisis de la situación y coinciden en destacar el círculo vicioso en el que se halla inmersa la sociedad, cuyos eslabones -amarrados por la ausencia de financiación y de medidas políticas que estimulen la economía- son el paro, el desplome del consumo, la falta de carga de trabajo, los despidos...

FAE. Miguel Ángel Benavente lo tiene claro, la mejoría está cerca: «Si no vemos la luz después de todo el sufrimiento de los últimos años con las políticas de ajuste y el aumento de la carga impositiva, mal remedio habríamos puesto». El presidente de la patronal burgalesa afirma que «todo apunta a que 2014 va a ser el año de la recuperación». Asegura que «el dinero está entrando ya en el país» y cree que, «aunque en la calle tarde más en notarse», acabará teniendo su efecto «en cuanto los bancos empiecen a hacer su labor de nuevo y haya más crédito». De momento, Benavente cree que el hecho de que no se suprima la extra este año «dará más alegría» a la Navidad. «Todos los datos son favorables, ahora solo falta que el contagio sea rápido», apunta el presidente de FAE, que incluye la última estadística del paro en el listado de noticias alentadoras.

FEC. El discurso de Enrique Bañuelos, presidente de la agrupación de empresarios de comercio de Burgos, es totalmente opuesto. Rechaza de plano la mejoría de la que hablan los políticos y esgrime el contacto directo de los negocios a pie de calle con la realidad de la sociedad burgalesa para avalar su visión. «Lo que piensa el comerciante es que se presenta una Navidad muy dura. La realidad es que no se está vendiendo. Es cierto que no se dan los agravantes del año pasado pero seguimos en el fondo del pozo», lamenta y reclama medidas políticas para salir de él. «En este país se ha obviado la demanda de 40 millones de consumidores», afirma rotundo. Considera de hecho que algunas decisiones tomadas en estos años han causado el efecto contrario. Pone como ejemplo el céntimo sanitario aplicado al precio de los combustibles y sus consecuencias: «Despidos, cierre de negocios y una pérdida general de competitividad para las empresas de la región». Con todo, el presidente de la FEC alaba el «ADN de los comerciantes locales, empeñados en salir adelante a pesar de los políticos». Afirma que el sector textil está «hundido» y alerta de que ese desplome del consumo llega ahora a la alimentación y a los bienes de primera necesidad.  Achaca a las administraciones públicas la capacidad para poner freno a esta situación, eso sí, con un gran acuerdo nacional que involucre a todos. «Su credibilidad está en juego», apostilla.

UGT. El secretario provincial de UGT, Roberto Gómez, va más allá y califica de «desastrosa» la situación actual. Sostiene que los datos relativos a Burgos evidencian que «aunque la crisis ha tardado más en llegar sus efectos son más contundentes y ha llegado para quedarse». Critica al respecto la falta de políticas locales, regionales o nacionales «para generar empleo» y considera que la falta de financiación «estrangula sobre todo a las micropymes de la provincia», que son, precisa, el 90%. Esta circunstancia hace, a juicio de Gómez, que las empresas tengan poco margen de mejora y, de vuelta al círculo, «si no pueden crecer, no pueden crear empleo y no salimos de la crisis».