«Me indigna más la insensibilidad ante el hambre que la crisis»
José Antonio Pagola habla hoy en Burgos sobre la necesaria conversión de la Iglesia
L. B. / Burgos
José Antonio Pagola (Guipúzcoa, 1937) recala en Burgos dispuesto a hablar de algo que lleva dentro «desde hace algunos años». Este sacerdote y teólogo que llena salones allá donde interviene presenta así, vía correo electrónico, el tema de la charla que ofrece esta tarde a las 19.30 en el espacio de Cajacírculo de la calle Julio Sáez de la Hoya. Allí invitará, como suele, a volver a Jesús. Es de hecho el título de la ponencia organizada por el Foro Iglesia Viva.
«Estoy convencido de que el giro que necesita el cristianismo actual consiste sencillamente en eso», indica el religioso, que en la actualidad ejerce en la parroquia e San Vicente Mártir de Abando, en Bilbao, y aclara: «Cuando hablo de volver a Jesús no me refiero a un adaptación de la Iglesia a los tiempos de hoy; algo que, por otra parte, es absolutamente urgente. Ni siquiera pienso en volver a las líneas del Concilio Vaticano II. Volver a Jesús es hacerlo al que es la fuente y el origen de la Iglesia».
Pagola resume en tres los cambios más necesarios para emprender ese camino que defiende. En primer lugar apuesta por recuperar «el proyecto humanizador de Dios» y en ese sentido insta, tal y como lo hizo Jesús, asegura, a «construir un mundo más humano, más justo y solidario, más sano y dichoso, empezando siempre por los últimos».
Al hilo de esta reflexión es obligado preguntarle por cómo encaja ese objetivo con la deriva alimentada por la crisis económica actual. «Me preocupa nuestra crisis, pero me indigna nuestra insensibilidad ante los pueblos que no tienen crisis sino hambre, donde algunos nacen solo para morir desnutridos a los pocos años», responde contundente para relatar que estos días vive consternado ante «lo que está sucediendo en Ceuta», en referencia a las muertes de inmigrantes que tratan de cruzar la frontera española. «¿Por qué no hay apenas reacción desde voces representativas de la Iglesia? Lo único que se nos ocurre es levantar barreras cada vez más inhumanas y disparar a quienes llegan a nosotros llenos de miedo, luchando por no ahogarse. Solo podemos vivir avergonzados», lamenta.
Compasión por principio
El segundo cambio que plantea Pagola pasa por «asumir la compasión» como primer principio de actuación de la Iglesia en todos los ámbitos. En tercer lugar, el sacerdote vasco llama a recuperar el espíritu profético del pueblo porque, considera, «la renovación no vendrá por la vía institucional, sino que se dará si nos liberamos de los miedos que nos paralizan y nos atan al pasado y si tenemos la audacia evangélica para introducir innovaciones, si escuchamos sin acallar voces y demandas».
En este sentido, invita a apoyar al actual Papa Francisco, más allá de alabarlo. Afirma que «es un gran regalo de Dios» y reconoce que jamás hubiera pensado conocer a un Pontífice así, «que lucha por sacudir las conciencias».
Así, Pagola, que ha sido rector del Seminario de San Sebastián y vicario general del obispo José María Setién, advierte que, de no producirse la renovación de la Iglesia que debe iniciarse en las parroquias y comunidades porque «no podemos esperar a que se produzca primero en la Curia o la Banca Vaticana», «veremos como la fe se va extinguiendo y el cristianismo multisecular se diluye en una religiosidad cada vez más decadente y sectaria, alejada de Jesús».