Mañana de domingo Blanca
La romería aviva el Castillo un año más con misa campera, paella, pinchos y danzas
A.S.R. / BurgosArrancó remolona la romería de la Virgen Blanca a pesar del ímpetu del párroco de San Pedro de la Fuente que lanzó un expresivo ¡Vamos allá! al iniciar la subida por la calle Emperador. La música de dulzaina y caja y las castañuelas de las niñas del grupo de danzas del barrio despertaron la mañana de domingo más blanca que nunca para regocijo de unos y fastidio de otros.Al tiempo que avanzaban los romeros se sumaba más gente y como una alegre serpiente multicolor encabezada por los estandartes de algunas peñas capitalinas, la imagen arribó más animada al Castillo, a la campa de La Blanca, donde estuvo la iglesia a ella consagrada y que las bombas de Napoleón borraron del mapa en el año 1813, cuando recaló en el templo de San Pedro de la Fuente «acogiendo el amor y la plegaria de cuantos acuden a ella con filial confianza».Una vez al año regresa al que fue su lugar. Allí la esperaban las feligresas, que comentaban la victoria merengona como las mayores forofas mientras hacían cola para pillar una silla, y el grupo Caput Castellae Nuevos Aires con las guitarras afinadas.Fuentes del Ayuntamiento apuntaban que parecía haber menos gente que otros años. Culpable: ¿falsa amenaza de lluvia? También menos representación política. Culpable: ¿elecciones europeas? En primera fila estuvieron el alcalde, Javier Lacalle, el concejal Ángel Ibáñez, los ediles del UPyD Roberto Alonso y Rosario Pardo y el secretario territorial de la Junta, Lorenzo Saldaña. Entre los peñistas se vería después al socialista Luis Escribano.Antes de llegar a esa parte, quedaba escuchar la homilía del párroco, que dejó el fútbol a un lado, pero no la jornada electoral. Pidió a la Virgen que ayude a Europa a encontrarse a sí misma y a guiarse por los principios de justicia, libertad, paz, reconciliación, perdón...Caía este mensaje amortiguado en la zona de las peñas. Las primeras diez paellas ya cogían color -desde hace unos años se hacen tres tandas de diez para evitar que se apelmace el arroz-. Se repartirían 6.000 raciones realizadas con 600 kilos de arroz, 100 de pollo, 100 de carne, 100 de preparado, 100 de mejillones, 50 de langostinos y 40 de almejas, cortesía de Alcampo. Y todo bajo el mando de Dionisio Bello, cocinero oficial desde 1994, al pie del cañón desde las 8 de la mañana, con, decía con la boca pequeña, ganas de pasar el relevo.A todo gas también iban las parrillas en las peñas Real y Antigua de Gamonal, Nuestra Señora de Fátima, Zurbarán, Los Gamones y la anfitriona, San Pedro de la Fuente. Las cañitas y los pinchos de morro, chorizo, tortilla o morcilla escribían ya el prólogo del Parral y lo hacían entre atléticos y madridistas.La Champions copó las conversaciones hasta la sobremesa, que se presentó a ritmo de tradición con María Ángeles Saiz para despedir la fiesta hasta el año que viene.