Las peticiones de los vecinos se cuelan en los días de festejos
Los barrios de Villímar y El Pilar recuerdan a sus a concejales las tareas pendientes
Entre los pasodobles de la tarde y las canciones de rock que el sábado noche cerraron las verbenas de Villímar y El Pilar se coló un chaparrón que tuvo que adelantar la retirada de los cantantes.
La lluvia no fue la única que llegó sin avisar, pues las peticiones, ruegos de los vecinos que forman parte del Consejo de ambos barrios recordaron, a través de sus representantes, las tareas pendientes a los concejales de cada zona.
En Villímar, el presidente, Pedro Ortega, aprovechó los festejos para solicitar a Fernando Gómez que no se olvide del tejado del local de la peña. «Llevamos años parcheándolo por las goteras y su mal estado, pero hay que arreglarlo ya y cambiarlo», dijo.
Se trata de un edificio que en su día albergó las escuelas del pueblo. «Tiene más de 100 años de antigüedad y está en muy mal estado».
Ortega sabe que la intervención no se contempla en los presupuestos de este año, pero Gómez abrió el paraguas para defenderse -de la lluvia- y le garantizó que sí estará presente en los de 2015.
También tuvo que echar mano del paraguas Marisol Carrillo en el barrio de El Pilar para sortear el conflicto que han generado las obras del bulevar ferroviario.
En este caso, las peticiones también corrieron a cargo del presidente del Consejo de barrio, Roberto Ortiz, que trasladó a la edil la preocupación de los vecinos.
«Nosotros apostamos por un vial que compatibilice el uso entre peatones y vehículos y que conecte la zona con la barriada Yagüe».
Hasta la fecha, 3.000 personas han respaldado esta postura con sus firmas, pero la asociación vecinal continúa recopilando rúbricas.
Otro de los problemas que le comunicaron a la responsable municipal de Sanidad fue su oposición a los botellones que se organizan en la zona de la Milanera. Además, este lugar también lo ocupa gente sin hogar que la policía desaloja. «Pero siempre vuelven», protesta.