El Correo de Burgos

Rechazar el juego para ganar la partida de la vida

Abaj ha rehabilitado a 3.000 personas en 25 años / Denuncian la falta de tratamiento para «la enfermedad que más ganancias genera al Estado»

Diego Burgos, psicólogo  y José Luis Barriocanal, presidente de Abaij.-RAÚL G. OCHOA

Diego Burgos, psicólogo y José Luis Barriocanal, presidente de Abaij.-RAÚL G. OCHOA

Publicado por
Samanta Rioseras
Burgos

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«La única alternativa al juego es no jugar. Se debe dejar de jugar a todo y para siempre», asevera Diego Burgos, el psicólogo de Abaj (Asociación burgalesa para la rehabilitación del juego patológico).

Su tajante afirmación refleja el modo de tratamiento: romper radicalmente con esta patología y comprometerse a acudir a las cuatro horas de terapia que ofrecen dos días a la semana.

Un seguimiento imprescindible para el jugador porque es una persona «enferma», recalca Burgos. Un calificativo que respalda la comunidad científica, pero que aún no reconoce la sociedad.

«Es difícil porque ni las autoridades sanitarias ni asuntos sociales hacen absolutamente nada», se lamenta José Luis Barriocanal, presidente de la asociación.

A pesar de sus esfuerzos, los recursos públicos siguen siendo muy limitados y aprovechan jornadas como la de hoy- Día sin juegos de azar- para «decir alto y claro que es la única enfermedad que genera recursos al Estado sin que éste ayude al enfermo».

Burgos sostiene que se trata de «una patología demasiado beneficiosa como para ponerla freno». De hecho, asegura que el camino que se sigue es el de la promoción.

«Los mejores spots publicitarios son de juego: desde los anuncios de la ONCE hasta los juegos online que venden como seguros. Y no es cierto porque ninguno lo es».

La ausencia de respuesta institucional provoca que los propios ambulatorios e incluso los especialistas de psiquiatría les deriven los casos «porque no saben cómo actuar».

Barriocanal cifra esta situación en 270 horas anuales de tratamiento por persona. En sus 25 años de vida han logrado rehabilitar a más de 3.000 personas y, actualmente, siguen la evolución de unas 90.

Pero sus socios llegan a 150 ya que algunos de los «veteranos» asisten a las reuniones para revertir al grupo el apoyo que, en su día, les brindaron.

«El porcentaje de éxito oscila entre el 90 y el 95%. Aquí solo se incluye la gente que ha terminado todo el proceso de un año y medio».

El psicólogo de Abaj reconoce que hay más hombres que mujeres en terapia pero, puntualiza, se debe a que las féminas no suelen solicitar su ayuda. «Aunque una vez que llegan son mucho más constantes y no ofrecen tanta resistencia como lo varones».

NO HAY ‘METADONA’

«La droga es el juego y el adicto el jugador», dice Burgos estableciendo una comparación con la adicción a los estupefacientes.

A pesar de la comparación y de las similitudes en el proceso de desintoxicación, como el síndrome de abstinencia, es firme con los sustitutivos del juego: «No».

Explica que la ‘metadona’ para esta patología podría ser cualquier juego, incluso una videoconsola. Sin embargo, afirma que las alternativas no son posibles porque también se pueden enganchar.

«Ni juegos de mesa, ni concursos televisivos. Tampoco después de la rehabilitación», descarta Burgos. «No se trata del qué, sino del para qué se juega. Un jugador lo hace para huir de la realidad y de los problemas que genera».

Al margen de los conflictos económicos, esta patología destruye todo tipo de relaciones. «Y se puede llegar a cometer actos delictivos o tener ideas suicidas».

Una situación que vive todo el entorno del enfermo. «Donde vive un jugador no vive nadie. Donde vive un jugador, alguien llora todos los días», indica Burgos.

Motivo por el que Abaj también incluye al los familiares en las terapias. «Son un gran apoyo, pero es un proceso duro para ambos porque se ha perdido la confianza».

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