El Correo de Burgos

Cinco ejemplos de cómo lograr un envejecimiento saludable

El Ayuntamiento homenaja a cinco de los 73 centarios con los que cuenta la ciudad

Las cinco centenarias homenajeadas ayer en el Teatro Principal.-RAÚL G. OCHOA

Las cinco centenarias homenajeadas ayer en el Teatro Principal.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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MARTA CASADO BURGOSEntre 100 y 107 años. Es la franja de mayor edad de la población burgalesa. Un total de 74 personas son centenarias. Felipa Arenas es la burgalesa más longeva. A sus 107 años nunca abandonó su lugar de origen, Pedrosa del Príncipe, mientras pudo valerse por sí misma. En el salón rojo del Teatro Principal, donde el alcalde realizó una recepción a cinco mujeres centenarias y sus familias, apareció en silla acompañada por su hermana, a punto de afrontar la barrera de los cien años y cuidadores de la residencia Barrantes donde vive ahora.Justina Ortega es una de las 18 personas que tienen 101 años. Ella sigue en su barrio de siempre, San Pedro de la Fuente, en su casa de siempre, en la calle Fuentecillas. De su vivienda, un segundo sin ascensor, hace su vida normal. Entre sus costumbres la que espera con ganas, es reunirse con sus amigas y bajar al Club del jubilado donde le encanta jugar a la brisca. Del barrio de toda la vida, recuerda cuando sus padres labraban la tierra. «Éramos labradores y hortelanos de siempre», recuerda la única centenaria que llegó por su propio pie a la cita. Con un semblante envidiable asegura que no perdona su partida de brisca o tute. «Tengo el club cerca y bajo todos los días», resalta. No es nueva en estos festejos y homenajes «es el segundo año que vengo», decía ayer acompañada por cinco generaciones de su familia. «Tengo unos sobrinos muy majos que me ayuda mucho», dice quien no tuvo hijos.Un año más que Justina tiene Pilar Rubial quien anunciaba a todo el que charlaba con ella que era de León, «yo nací en Ponferrada» insistía. Durante muchos años vivió en Lejona pero cuando hubo que multiplicar sus cuidados sus nietas decidieron trasladarla a Burgos donde podían cuidarla y liberar a sus tres hijos, también de avanzada edad. Vive en la residencia Parralillos donde, además de la visita de sus nietas, le encanta «jugar a la brisca y al bingo».Más en edición impresa.

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