Aguinaldo sobre ruedas
El Real Motoclub Burgalés fue fiel, en el día de Navidad, a esta cita solidaria en la que visitan dos residencias de ancianos en la ciudad
Decenas de moteros recorrieron la ciudad, en la imagen circulando por la calle Vitoria.-ISRAEL L. MURILLO
La solidaridad volvió a viajar sobre dos ruedas esta Navidad, las de las motos de las decenas de miembros del Real Motoclub Burgalés. Muchos ataviados con la vestimenta de Papa Noel y otros con su traje de motero decidieron dedicar la mañana de Navidad a compartir unos momentos con los ancianos de la capital burgalesa y transmitirles sus ganas de disfrutar de la vida. Así, tras la Nochebuena, dejaron atrás cualquier clase pereza y se subieron a sus motos, desde las 11.00 horas, para iniciar un recorrido solidario por las calles de la ciudad. Primero acudieron a la residencia Teresa de Jornet, en la carretera de Poza y después se desplazaron hasta las instalaciones de las Hermanas Hospitalarias, en la calle Delicias, donde viven su día a día decenas de ancianos acogidos en estos hogares. El recorrido se inició en el bulevar ferroviario, en la calle Santa Cruz, donde se encuentra la sede de esta sociedad deportiva burgalesa.
Según la organización fueron más de 300 los participantes que se movilizaron por esta causa que ya es una tradición bien asentada cada 25 de diciembre en la capital burgalesa, a pesar del frío y de la pertinaz lluvia que a esas horas no hacía muy agradable desplazarse en moto por las calles de la ciudad.
La caravana motera no llevaba las manos vacías y en ambas residencias de ancianos, la de las Hermanitas de los Pobres y la de las Hermanas Hospitalarias, dejaron su aguinaldo para contribuir a que los residentes pasen unas buenas fiestas navideñas. De esta manera, los productos reunidos durante estos días pasados, la mayoría de alimentación, donados por distintas empresas burgalesas, han ido a parar a ambas residencias de ancianos.
Esta jornada festiva, de convivencia y de solidaridad viaja sobre dos ruedas desde hace ya más de 50 años, como recuerdan los miembros del Motoclub. Además de llevar este aguinaldo hasta las dos residencias de ancianos, los moteros se acercaron a los residentes, les saludaron y cantaron con ellos unos pocos villancicos para sacarles de la rutina del día a día en los hogares de las hermanas.