MUNICIPAL / PLAZA MAYOR
El arreglo de adoquines suma 20.000 euros más en 2014
Se han cumplido 10 años de la remodelación de la Plaza Mayor y el gasto alcanza los 165.000 euros
La factura por el arreglo y sustitución de los adoquines de la Plaza Mayor se eleva este 2014 a cantidades que rondan los 20.000 euros por las intervenciones realizadas en distintos momentos del año.
Este coste se añade al continuo goteo en reparaciones que se remonta al año 2006 cuando se destinaron los primeros 5.000 euros y que suma, incluido el presente ejercicio, un total de 165.000 euros, según la información recabada a través de la sección de vías públicas y conservación del Ayuntamiento de Burgos.
Las obras de construcción de la Plaza Mayor, de acuerdo al proyecto seleccionado, el del arquitecto ya fallecido Albert Viaplana, finalizaron en el año 2004. Se cumple, por tanto, la primera década de la transformación de la principal plaza del casco urbano burgalés, y poco queda de lo que fue la idea primigenia. Apenas dos años después de las obras se iniciaron las intervenciones para llevar a cabo reparaciones que se han mantenido constantes en diversos puntos y que en el año 2010 llevaron a la sustitución del clínker por otro material, el granito de color rojo, en la plaza Santo Domingo de Guzmán. A estas intervenciones hay que sumar la sustitución del pedestal de la estatua de Carlos III, así como el cambio de las farolas.
En 2008 la factura de las reparaciones sobrepasó los 33.000 euros, en el año 2009 fueron concretamente 16.300 euros, mientras que al siguiente se añadieron otros 15.000. En el año 2011 se alcanzaron los 20.000 euros, en 2012 otros 23.000, mientras que en 2013 y 2014 ha sobrepasado los 20.000 euros. Con estas cantidades se llegan a los 165.000 euros, cuando se han cumplido diez años desde el final de la obra.
El informe firmado en agosto de 2013 por los técnicos de vías públicas y conservación puso encima de la mesa que el coste de las reparaciones en estos años colocaban a la Plaza Mayor en ruina técnica y económica. Así, por un lado, indicaba: «entendiendo como ruina técnica aquel estado en el que la infraestructura presenta un agotamiento generalizado de los elementos estructurales o fundamentales que la imposibilitan para la prestación del objeto al que está destinada, en este caso particular sin las intervenciones de reforma periódicas que se llevan a cabo, sería imposible circular por la Plaza Mayor, habiendo comprobado que la estructura del pavimento rígido está agotada por rotura de la misma». Añadía: «Del estudio económico, en sus distintos escenarios también cabe colegir que nos encontramos en un caso de ruina económica (en términos simplistas y absolutos cuando el coste de conservación superior sea superior al 50% del valor de la infraestructura), y en función de cada uno de ellos dicha ruina aparece ya incluso desde el 2013».
Este informe marcó la necesidad de buscar una solución más definitiva que las continuas reparaciones. El alcalde, Javier Lacalle, se ha comprometido en este tiempo a buscar una solución muy próxima a la de la plaza Santo Domingo de Guzmán, lo que significa la sustitución del material clínker por granito rojo. El coste de esta intervención podría superar los dos millones de euros para las arcas municipales.
El principal partido de la oposición, el PSOE, no se muestra de acuerdo con el coste de la propuesta del equipo de Gobierno que conlleva la colocación de un nuevo pavimento en la Plaza Mayor. Así, la concejal Esther Peñalba se refiere al mismo informe técnico, mencionado anteriormente, en el que se exponían dudas sobre la viabilidad de utilizar este nuevo material por el grosor de las baldosas. Según se indicaba «el espesor de relleno entre el forjado y la rasante es menor en la Plaza (según todas las informaciones recibidas), y la realización de catas que implican demolición del mortero base, existiendo un forjado con impermeabilización supone un riesgo de rotura de la impermeabilización».
Limitar el tráfico
Por otro lado, la concejal recuerda que las áreas donde el adoquín presenta más daños es, precisamente, la zona por la que circulan los vehículos. Para Peñalba está claro que la ausencia de una vigilancia sobre el tráfico rodado de vehículos en la Plaza Mayor es la que ha condicionado la ruina técnica del pavimento por el que se optó en 2004.Sigue en edición impresa