El Correo de Burgos

Más de 1.250 testimonios del paleolítico en la región

Burgos y Segovia lideran con 11 y ocho el medio centenar de estaciones más destacadas / Cuatro especies de homínidos pasearon por Castilla y León

Un equipo trabaja en la sima del Elefante, donde están los restos más antiguos de Castilla y León.-ISRAEL L. MURILLO

Un equipo trabaja en la sima del Elefante, donde están los restos más antiguos de Castilla y León.-ISRAEL L. MURILLO

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MARTA CASADO BURGOS
Burgos

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Antes que el apuesto hombre de mirada azul de La Braña surcara la comarca leonesa en busca de buenas piezas de caza; antes que los hombres del neolítico honraran a sus muertos con dólmenes como los de Zamora o Salamanca, hubo otras poblaciones que se perdían buscando sobrevivir por las tierras de una meseta que poco tiene que ver con la de hoy. Los indicios más antiguos de la región datan de hace 1,8 millones de años. Aunque en todos los procesos y hallazgos la mirada se vuelve instintivamente hacia Atapuerca, en Burgos, hay más patrimonio prehistórico con rastro de presencia humana en Castilla y León. Aunque Burgos es, y no sólo por la montaña mágica de la comarca de Juarros, una referencia en el patrimonio paleolítico de la región en el que hay mucho másLa dirección general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León tiene contabilizados un total de 1.250 puntos de interés en toda la comunidad. De ellos 900 están integrados dentro de las primerísimas poblaciones que habitaron de forma esporádica estas tierras en el Paleolítico inferior. Los primeros vestigios se corresponden a hace 1,8 millones de años hasta hace 130.000. Además de Atapuerca, donde se han localizado fósiles humanos de la época de Homo sp, 1,3 millones de años, en Sima del Elefante; antecessor con 800.000 años de antigüedad descubierto sólo en Gran Dolina; heidelbergensis, de los que más de 6.000 restos han aparecido en la Sima de los Huesos de Atapuerca. También se extienden yacimientos localizados en la cuenca del Duero y en el alto Ebro. Entre los de referencia están La Maya y el Basalito en Salamanca, San Quirce en Palencia o Canterac en Valladolid. Pero más interés que Atapuerca tuvo en los inicios del estudio de la prehistoria en España, Torralba y Ambrona. El gran yacimiento soriano, impulsado desde un inicio por un noble local, fue un imán para estudiosos norteamericanos que introdujeron la disciplina en los 70. Grandes fósiles de fauna e industria lítica han dado nombre y prestigio a un terreno que esconde lo que en su día pudo ser una gran charca. La presencia humana se percibe pero, al ser un yacimiento al aire libre, no se conservan.Patrimonio ha contabilizado hasta 300 yacimientos en toda Castilla y León de poblaciones del Paleolítico Medio (entre 130.000 y 35.000 años de antigüedad). Además de los registros de algunos yacimientos de Atapuerca como Galería, Covacha de los Zarpazos o niveles superiores de Gran Dolina se han encontrado evidencias notables en cavidades de la cornisa cantábrica como en Cueva de Guantes y Cueva Corazón en Palencia, en otras oquedades del Cañón del Río Lobos en Soria, el yacimiento al aire libre La Estación de Maderuelo (Segovia) o Mucientes en Valladolid. Interesante es el recientemente descubierto yacimiento de Abrigo Molino, en el Valle del Eresma de procedencia neandertal donde se han encontrado útiles e industria de piedra. Pero para buscar el fósil humano del neandertal hay que volver la vista a Burgos. Pero no a Atapuerca donde el neandertal ha dejado indicios pero no hay fósiles humanos de esta especie. Cerca, en el yacimiento de Valdegoba Huérmeces, el Grupo Espeleológico Edelweiss localizó una mandíbula de un neandertal de 13 años y, en la siguiente campaña, piezas dentales y restos postcraneales de un bebé neandertal de pocos meses de vida y un adulto.Del Paleolítico superior, a pesar de estar más cercano en el tiempo, se conservan menos estaciones arqueológicas. La mayoría son hallazgos subterráneos, mucho se ha perdido por el paso de los años y el uso que se ha dado a diferentes rincones y tierras. Aún así Patrimonio tiene localizados hasta 50 yacimientos. De interés vuelve a estar Burgos, pero no sólo por Atapuerca. Quizás más enigmáticos sean los hallazgos de las cuevas de Ojo de Guareña, muchas visitables, la mayoría con restos de pinturas y grabados pero donde fascina, por su rareza, el paseo de un grupo de hombres prehistóricos que quedó impregnado en el suelo de la sala de las Huellas. Otros lugares fascinantes son el yacimiento de La Griega en Segovia donde se conserva un rico elenco de grabados paleolíticos de 10.000 a 15.000 años de antigüedad. Un grafiti prehistórico de 300 metros que supone una de las mejores representaciones artísticas del pasado más remoto. Aunque grandiosos son los grabados en la roca de Siega Verde, en Salamanca. Esta estación, que comparte espacio con Portugal, es Patrimonio de la Humanidad y desde su descubrimiento en 1988 por un joven Manuel Santonja, hoy científico del Cenieh. Allí se han podido inventariar hasta 94 paneles con 525 representaciones grabadas sobre superficies verticales y horizontales del esquisto. También destacan otros grabados como los del cerro de San Isidro de Domingo García en Segovia. También interesantes por su particularidad son las canteras de sílex descubiertas en el Condado de Treviño hay muy pocas estaciones de este tipo en España. La mina parece hundirse en el terreno de Araico. En torno a este epicentro, donde excavaciones realizadas por Andoni Tarriño y Alfonso Benito, científicos del Cenieh, permitieron recuperar herramientas con las que realizaban la extracción, se han documentado otros asentamientos como el de El Prado en Burgueta o el Abrigo de Martinharri.

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