Cerámicas Gala celebra su 50 aniversario con optimismo
La empresa que ha sufrido duramente la crisis, cree que el mercado empieza a reactivarse y apuesta por invertir, ser un referente en el sector y permanecer en la ciudad
Una de las empresas clave de Burgos, cerámicas Gala, cumple cincuenta años con este motivo ayer se inauguró una exposición que recorre su historia tanto desde el punto de vista de la evolución de sus productos como desde el punto de vista de las personas que hicieron posible este logro. A la ceremonia acudieron representantes del ayuntamiento, de los empresarios así como antiguos trabajadores de la fábrica.50 AÑOS DE HISTORIATodo empezó en 1965 con otro nombre, el de Cerámicas Scala, al amparo del Plan de Promoción Industrial que transformó la vida económica e industrial de Burgos y que precisamente el año pasado cumplía 50 años. «Fue una de las primeras a ser un motor importante de la ciudad», comentó el ex gerente de cerámicas Gala, Miguel Ángel Santa Olalla.La factoría inicial ocupaba una superficie cubierta de 18.000 metros cuadrados y 50 empleados. «Hubo que realizar una gran labor de formación y buscar mano de obra, en esa época no había», explico Santa Olalla. En los años 70 la empresa se fue ampliando su producción pasando de 500.000 piezas al año en 1972 a 800.000 unidades en 1979.Su punto álgido fue en la década de los 80 y 90 con tres hornos en funcionamiento un total de 500 empleados. En el 2000 la empresa completó su crecimiento con superficie total de 170.000 metros cuadrados, de los cuales 60.000 metros cuadrados son construidos y la incorporación a un gran grupo que produce además de la cerámica sanitaria de Burgos otros productos como baldosas de interior y exterior y grifería.La crisis económica de estos últimos años ha pasado factura también a esta empresa. «Una época dura», calificó Miquel Crisol, actual gerente que comentó que después de estos esfuerzos y sacrificios «somos optimistas».Actualmente tiene una plantilla de 320 personas «parece que el mercado se empieza a mover», comentó Crisol que reconoció que la empresa está trabajando al 40% de su capacidad. «Venimos de una crisis muy profunda». Los objetivos actuales son la mejora de productividad y la inversión en nuevas tecnologías y «aumentar la flexibilidad para poder dar la calidad, el servicio y el precio lo más ajustado posible». Estas inversiones suponen para la factoría unos dos millones y medio de euros anuales. «Se dedican a las nuevas tecnologías, a la ampliación de gamas de producto y a la renovación.El 45 por ciento de la facturación de la empresa es nacional, un 30 por ciento se exporta a otros países «el resto es para las empresas del grupo».CELEBRANDO 50 AÑOSAdemás de la exposición inaugurada ayer, la factoría ha encargado al arquitecto Joaquín Torres de A-Cero el diseño de una línea de baño que se presentará en Burgos el mes que viene y en septiembre se realizará un acto para la plantilla. «Un homenaje a las personas que lo han hecho posible».