El Correo de Burgos

La importancia de las misiones internacionalesdel Ejército

El almirante López aboga por «concienciar» a la sociedad de la cercanía de los «riesgos reales»

El almirante Teodoro López (i) acompañado del coronel Ángel Miguel Santamaría.-RAÚL G. OCHOA

El almirante Teodoro López (i) acompañado del coronel Ángel Miguel Santamaría.-RAÚL G. OCHOA

Burgos

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«Creo que ahora mismo son importantes -las misiones internacionales- porque existen riesgos reales para nuestra sociedad, que tenemos la suerte de que no se han materializado gravemente, salvo en una ocasión, pero que es una realidad que están ahí, que están muy cerca y que se están acercando cada día más. Y si eso no se consigue contrarrestar fuera de nuestro territorio, lo tendremos que contrarrestar aquí. Y será mucho más difícil, más grave y con peores consecuencias».

Con esta contundente afirmación se refirió el almirante Teodoro López, comandante del Mando de Operaciones, a la importancia que le concedemos los españoles a la intervención internacional de nuestras fuerzas armadas, en clara alusión al creciente terrorismo yihadista.

El almirante achacó esta coyuntura al «ambiente de paz que tenemos la suerte de vivir aquí», y comprendió que «sea difícil imaginarse la posibilidad de una amenaza que se está acercando». No obstante, advirtió de manera directa de que «hay que tomárselo en serio, porque si no, en efecto, podríamos sufrir las consecuencias».

mopex15

Estas declaraciones tuvieron lugar ayer, en el marco de la presentación del ejercicio ‘MOPEX15’, llevado a cabo durante los últimos ocho días en el puesto de mando semipermanente -de un nivel «francamente muy alto», equiparable a «cualquiera de los mejores», aseveró el comandante- instalado en los bajos del cuartel general de Fuerzas Pesadas. Hasta 90 personas participaron en la dirección del ejercicio en Burgos, que sumadas a las que conformaron el mando de operaciones, en Madrid, alcanzaron la cifra de 233 dedicadas a la realización de esta práctica.

El ejercicio, preparado durante un mínimo de nueve meses, se realizó sobre un escenario ficticio generado para este fin. Esta acción conlleva la creación de un «escenario político, de unos países; geográfico, en el que los ejércitos nos apoyan en la generación de la cartografía; una serie de condicionamientos económicos, sociales, etcétera», sintetizó el almirante.

A partir de aquí, se concibe una situación de crisis, «un conflicto de media intensidad, donde se producen bajas, donde hay ataques, pero no es una guerra declarada», y eso «nos permite jugar una serie de cuestiones que quizá en un conflicto armado completo no se podría», resumió el comandante.

El escenario contiene un espacio terrestre, otro marítimo y otro aéreo, «y un área del nuevo espacio que hoy en día hay que jugarlo necesariamente que es el espacio cibernético». A esto se añade la actividad para operaciones especiales.

Se plantea la existencia de grupos insurgentes, lejos de la organización de unas fuerzas armadas, que reducen la estabilidad de un país y «hay que sacarlo adelante».

El objetivo es, también, que «veamos los fallos que tenemos en nuestros procedimientos internos», enfocados a priorizar y sincronizar las acciones de cada mando.

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