FIESTAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO 2015
Miles de pétalos engalanan a La Mayor
Más de 40.000 flores adornaron a Santa María la Mayor en una ofrenda floral calurosa donde no faltó la alegría, las danzas y las peticiones
Ramo a ramo y flor a flor, el altar de Santa María la Mayor fue cogiendo forma y color a lo largo de una mañana en la que el Sol no dio tregua y el calor apretó sin descanso. Fueron cientos los burgaleses que, desafiando a las altas temperaturas, no quisieron perderse uno de los actos más queridos de la fiestas de San Pedro y San Pablo y se agolparon a los pies de la Catedral para ver tan florido desfile.Con las once sobre el reloj, se iniciaba el traslado en andas de Santa María la Mayor desde el interior de la Catedral hasta el tradicional altar colocado a los pies del seo burgalés. Desde la calle san Lesmes, pasando por el Paseo del Espolón y entrando por el Arco de Santamaría, una a una, peñas, grupos de danzas y agrupaciones llegaban a los pies de la Señora con sus flores.Abanicos surcando el aire, viseras y botellines de agua fueron las armas de los burgaleses que no quisieron perderse la cita, para luchar contra un Sol de justicia. Gigantones y Gigantillos fueron los encargados de flanquear a la talla religiosa, en la que más de 8.000 personas colocaron 40.000 flores. En esta ocasión, la Asociación de Floristas y Jardineros de Burgos, FLOJABUR, fue la encargada de realizar un llamativo mosaico con flores rojas y blancas.¡Viva la tradición!«Es una cita preciosa a la que llevo viniendo veinte años y que no me pierdo nunca», explica Milagros Alzaga de la Peña el Monín, quien asegura que la tradición sigue viva en la familia ya que sus dos hijas «también pertenecen a la peña».Por su parte, Idala Nieto, peñista del San Vicente de la Ventilla, añadió que «la ofrenda es la cita más emocionante de las fiestas». Una emoción que no pierde después de acudir «durante 35 años» y a la que le acompañan «hijos y nietos». Idala se apunta a todo, «mientras haya fuerza hay que ir a todo».Una vez todas las peñas y agrupaciones había dejado su ofrenda a los pies de la Virgen, y como viene siendo habitual, las falleras valencianas abrieron camino a la reinas burgalesas de años anteriores. Tras ellas, el Comité de Folclore, encargado de la organización de esta florida tradición, realizó su ofrenda tras las Damas de la corte de 2015.Tocaba el turno a la Corporación Municipal, que entraba en la plaza del Rey San Fernando bajo mazas. El alcalde de Burgos, Javier Lacalle, acompañado por las Reinas Mayor e Infantil depositaba la corona del Ayuntamiento y algunas concejalas hacían lo mismo con sus ramos. Al igual que en años anteriores y como mandaba la tradición en los años 50 y 60, la Reinas hicieron su ofrenda verbal a Santa María la Mayor. «Una mayor confianza en los jóvenes», pedía Alba Patus, la reina Mayor quien invitaba a todos a «disfrutar de las fiestas». Por su parte, la reina Infantil, Celia Díez se acordó en sus palabras de los niños y de sus necesidades como «juegos, escuelas y hospitales».El cierre de oro a la ofrenda lo puso el Salve popular, notas que todos los presentes entonaron con devoción. El baile de los Gigantillos al son de las tonadas de tambor y pito y la jota burgalesa que bailaron por partes, damas y reinas, así como el grupo de danzas del Comité de Folclore clausuraron la mañana.Homenaje a la jotaCientos de faldas surcaron el viento en el homenaje a la jota burgalesa que tuvo lugar un año más, en la Plaza Mayor. Como viene siendo habitual, con el tiempo justo después de la ofrenda floral, los burgaleses se dispusieron a bailar al son de la música tradicional.