Día del Burgalés Ausente: comida y cariño en abundancia

La tranquilidad habitual del entorno natural de Fuentes Blancas quedó rota desde primera hora de la mañana. Los más madrugadores de las 80 peñas y asociaciones que desplegaron sus casetas y cocinas empezaban a montar sus instalaciones. Llegaban también las raciones de comida. Hacia las 10.30 los primeros autobuses gratuitos empezaban a salir desde Plaza España. Los coches sea amontonaban en los alrededores. Al final de la mañana no encontrarían sitio hasta casi Las Veguillas. El Burgalés ausente tiene tirón y media ciudad se desplaza a este rincón para disfrutar el último día de fiesta y confraternizar con los que están lejos. Los burgaleses ausentes físicamente pero no de corazón.Es la ocasión elegida por el alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, para hacer un balance muy positivo de «la gran participación en las actividades», del «éxito de todos los actos» y la climatología que ha hecho de éstos Sampedros, «de los más calurosos que se recuerdan».Pasadas las 11 empezaba el acto de recuerdo a los burgaleses que residen fuera que, como recordó el presidente de la diputación, César Rico, «siempre estáis presentes, nunca estáis ausentes». En el evento de reconocimiento además de los integrantes de la operación añoranza tomó la palabra Amancio Villafruela representante del Centro Burgalés de San Sebastián a punto de cumplir su centenario. Junto a ellos representantes de todas las formaciones políticas presentes en el Ayuntamiento así como antiguos alcaldes como José María Peña, impulsor de esta cita.Después llegó el momento de la misa en el incomparable marco de la fuente de la salud para después degustar las toneladas de careta, costilla, morcilla y chorizo, entre otros manjares, que ardían en las cocinas de las peñas. Este año la fiesta se orilló hacia el inicio de Fuentes Blancas, dado que el lugar tradicional se ha sometido a una poda de sus árboles. Una nueva ubicación que gustaba al personal que recordaba que «hay más sitio para pasear y está todo como mas ordenado», afirmaban algunos. Si se convertirá o no en la ubicación definitiva, como recordó el alcalde, «será la Hermandad de Peñas la que decida».Mientras los miles de burgaleses que se acercaron a Fuentes Blancas daba buena cuenta de las exquisiteces a la brasa, era momento para que los cocineros de 36 peñas ultimaran el trabajo de meses. Son los participantes en el concurso del Buen Yantar. Hacia las 12.30 el jurado, presidido por el profesor de la Escuela de Cocina María Madre, José Luis García Rincón, y los cocineros José Pablo Ruiperez, jefe cocina Los Claveles, Alberto Navarro y Eduardo Luengo Cárdenas de la Taberna de Beni empezaran la cata. Sorprendidos por los platos y el trabajo que se desarrolla en ellos afirman que «surgen ideas muy curiosas como una salsa rosa con cerveza artesana o un bizcocho con cerveza», recuerda García Rincón. Un nivel que ha ido subiendo con el paso de los años en técnica. «Hemos encontrado elaboraciones ya complejas como escerificaciones, espumas... se nota un trabajo de fondo interesante», resumía Eduardo Luengo. Para los autores de estas delicias de ciervo, pollo o pescado ha sido un trabajo adicional con el que cerrar unos Sampedros para el recuerdo.