"Difícil contener la emoción"
El presidente de Campofrío no se cansó de repetir que el de ayer era undía crucial para la compañía porque es una puerta abierta al futuro
Pedro Ballvé fue recibido entre aplausos por los 600 trabajadores de Campofrío que acudieron al acto celebrado ayer. Estos «compañeros», como el presidente de la compañía los denominó, aplaudieron espontáneamente en varias ocasiones durante su discurso dejando claro a quién considera la plantilla como artífice de la reconstrucción de Campofrío. Ya al pie del escenario, Ballvé nos reconocía en petit comité que las muestras de cariño de la plantilla han sido constantes y volvió a insistir en que el de ayer fue un día de «gran alegría» que vivió «muy, muy emocionado». Sobre todo, explicó, porque la nueva fábrica va a ser un ejemplo de modernidad y va a garantizar la presencia de la marca en Burgos «por cien años». Ballvé destacaba a sus interlocutores el apoyo de tantas personas y personalidades y puso de relevancia los logros que se pueden alcanzar con el compromiso conjunto y el trabajo en equipo, como el caso de Campofrío se ha podido comprobar. Mencionó, por otro lado, al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, quien se ofreció a colaborar desde el primer momento, pero ayer no quiso tener ningún protagonismo en el acto celebrado en el solar de Campofrío. «Ya sabésis cómo soy», cuentan que dijo.