La nueva planta podría empezar a operar en pruebas en un año

La Nueva Bureba será la mejor planta de Europa en su campo. El nuevo proyecto convertirá a la fábrica en la más competitiva y cumplirá los estándares de calidad de los mercados más exigentes. Pero los plazos apremian. El objetivo es que la planta pueda estar operativa y a pleno rendimiento en noviembre de 2016, antes del día 16 que es cuando se acaban los dos años de paro de los 550 trabajadores que aún siguen en el paro dentro del ERTE. Otros 185 siguen desplazándose a Ólvega (Soria), Torrente (Valencia), Torrijos (Toledo), Madrid y Burgos para desempeñar su trabajo. Pero para cumplir las fechas la dirección de Campofrío, que pilota el proyecto de recuperación desde el minuto uno, espera empezar a operar antes. «Tenemos un ‘timing’ que requiere innumerables tareas y está recogido hasta el más mínimo detalle, desde hace 15 días se trabaja en la cimentación, queremos acabar la caja para ir con más seguridad, pero el objetivo que nos marcamos es que para septiembre podamos realizar las primeras pruebas industriales y arrancar en noviembre a pleno rendimiento», explicó ayer el director general de Campofrío para el sur de Europa. Un objetivo ambicioso en el que participan empreas burgalesas, de Castilla y León y nacionales que «sean capaces de asumir el reto que no es fácil» y que dará empleo a 800 obreros de forma directa y hasta 1.000 de manera indirecta.nuevos mercadosPlantear la nueva fábrica desde inicio permite que el equipo mantenga unos objetivos específicos desde un primer momento. Entre ellos está cumplir los controles más exigentes para abrir mercados. «Exportaremos a Japón y Estados Unidos porque son los más exigentes y en el resto de Europa donde es un poco más fácil pero son retos que planteamos desde la construcción». Las obras supondrán la inversión de 225 millones de euros para producir más de 100.000 toneladas de productos. Los 97.000 metros cuadrados de superficie se dividirán en cuatro zonas completamente independientes. En la primera, de materias primas, se realizarán los controles de calidad de la carne y se llevará a cabo el sistema de control y  almacenaje. La segunda será el área de curados (chorizo, salchichón, fuet) con tres áreas (cuelgue, secado y empaquetado). La tercera zona se dedica a cocidos (jamón, pechuga y york) con área de preparado, elaboración, molde, desmolde y empaquetado. La cuarta zona será de loncheados donde se llevará a cabo los cortes de máxima seguridad y donde se elaboran los finísimos. También habrá un área de expediciones de donde saldrán cada día entre 40 y 50 camiones. «Seguiremos a la cabeza en el sector cárnico, Campofrío ha creado tendencia y para seguir haciéndolo contará en Burgos con el centro de investigación que se llevará a cabo con la UBU para aprovechar el talento», señaló González. En la fabricación se tendrá en cuenta la tecnología más sostenible. El hormigón de la vieja fábrica sirve para levantar los cimientos de la nueva, se emplean criterios de arquitectura sostenible, los hornos serán de calderas de agua, alumbrado leed que permitirán reducir el consumo de energía en un 30% y de agua en un 20%. Una fábrica del siglo XXI.