Cerrar

MUNICIPAL

El Ayuntamiento insta a la Junta a regular los chamizos

Licencias recuerda que el Consistorio no puede elaborar una normativa

Imagen del interio de un local ubicado en los bajos de un edificio.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. M.
Burgos

Creado:

Actualizado:

Ya sea en antiguos locales comerciales, garajes privados, naves industriales o bajos, los chamizos siguen siendo una de las principales formas de ocio de los jóvenes burgaleses y es que este tipo de espacios permiten a sus inquilinos contar con un lugar propio por muy poco dinero al mes y con las ventajas que ello conlleva.

En la anterior legislatura se inició un proceso de estudio de cara a una posible regulación de estos espacios que, a día de hoy, no ha dado con una solución. La concejal de Licencias, Ana Bernabé, explica que «por el momento no se ha tratado este asunto desde la concejalía, una vez se ha configurado la nueva corporación» aunque «en la anterior legislatura sí se trató, ya que los chamizos han dado muchos quebraderos de cabeza a varias comunidades de vecinos». Fue «a través de una mesa de trabajo coordinada por el exconcejal de Urbanismo y vicealcalde, Ángel Ibáñez», comenta la popular.

A raíz de ahí, el jefe del servicio de Licencias desarrolló un informe que se llevó a Junta de Gobierno. Entre las conclusiones, el jefe de licencias aseguraba que los chamizos, al no ser establecimientos industriales ni mercantiles, su actividad no se encuentra afectada por el Reglamento de Servicio de las Corporaciones Locales por lo que no podrían sujetarse a licencia ambiental. «Este tipo de actividades no requieren de una licencia ambiental como podrían necesitarla otro tipo de usos a los que se pueda destinar el local, que era una de las pretensiones de los vecinos afectados por alguno de estos chamizos», aseveró la concejal.

Del mismo modo, en el ámbito urbanístico, el informe determina la imposibilidad de uso de licencias para controlar el comportamiento de los jóvenes en los locales, ya que dichas licencias cuentan con un carácter puntual y no constante o prolongado en el tiempo. A la misma conclusión llega el informe analizando la Ley de Prevención Ambiental de Castilla y León, ya que el uso que se hace por los jóvenes no puede englobarse en el concepto de actividades, instalaciones o proyectos a los que se refiere el ámbito de aplicación de la norma.

El único procedimiento de actuación local que planteaba el informe pasaba por la vía de licencias urbanísticas a través de la autorización de cambio de uso para que esos locales pasaran a usarse como punto de reunión de jóvenes y en cuyo caso se podría regular las condiciones del espacio.Sin embargo, el propio jefe de licencias acababa por desestimar esta opción.

¿La razón? Porque para que haya cambio de uso debe darse cambio de clase de local. Actualmente las clases de usos se dividen en residencial industrial, terciario, dotacional, comunicaciones, aparcamiento y parques y jardines. De este modo, los chamizos se incluirían en el uso terciario, al igual que comercios, oficinas u otros servicios terciarios por lo que, en ningún momento se estaría produciendo un cambio de clase de uso, que sería condición sine qua non para una posible regulación.

Regulación autonómica

Sin perjuicio de esto, la mesa de trabajo concluyó sobre la importancia de «contar con una normativa autonómica- que podría ser la Ley de Espectáculos y actividades recreativas de 2006- que reglamenta las actividades que pueden desarrollarse en un local, qué tipo de permisos, aforos, etc», tal y como explica la concejal popular. En el caso de los chamizos, «la idea era que una ley autonómica- sea esa u otra- definiera este tipo de locales de reunión y estableciera las condiciones mínimas que deben exigirse así como todas aquellas actividades que no podrían desarrollarse en ellos».

El año pasado, Ibáñez recordaba que «si el regulador autonómico no avanza en esta materia poco se puede hacer desde los ayuntamientos» y es que, «contar con una normativa al respecto, permitiría regular este tipo de locales con un legislador que autorice a tomar medidas en caso de necesidad». Y es que, visto lo visto, «el Consistorio no cuenta administrativamente con la capacidad de regular este tipo de locales» aunque «en ningún caso descartamos que si existiera alguna posibilidad de regulación, pudiéramos aplicarla».

En cualquier caso, Bernabé recordaba que «la normativa civil ofrece diversas herramientas a los ciudadanos- en caso de que estos se vean perjudicados por un mal usos de los locales- sin que el Ayuntamiento tenga que realizar una intervención administrativa». En este sentido, Ibáñez recordaba que «cuando un local incumple la normativa del estatuto de propietarios se puede acudir a la vía civil ya que es la que regula a las comunidades».

Mientras tanto, Bernabé pone de manifiesto que «se ha puesto en marcha, desde la concejalía de Sanidad, un programa de información a menores usuarios de este tipo de locales sobre alcohol y drogas, a través de la Asociación de Ayuda a Drogodependientes, Aclad». El programa «tiene por objeto informar a los jóvenes sobre el consumo de drogas y el abuso del alcohol, cómo actuar en este tipo de locales, es decir, que deben ser responsables y respetar las normas para no perjudicar al resto de ciudadanos o qué peligros tienen los aparatos eléctricos, entre otras cosas». En definitiva, «se trabaja la sensibilización pero no ataja el problema».