El Correo de Burgos

Tráfico insta al Ayuntamiento a que refuerce los controles de droga

Firman un convenio para que la Policía Local cuente con 200 kits, valorados en 6.000 euros «a cambio de trabajo». El objetivo es reducir el 27% de positivos registrados el pasado año

Raúl Sierra muestra el kit utilizado en el control antidrogas en presencia de Gema Conde.-RAÚL OCHOA

Raúl Sierra muestra el kit utilizado en el control antidrogas en presencia de Gema Conde.-RAÚL OCHOA

Burgos

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La Policía Local recibirá gratuitamente 200 kits para realizar controles de droga a cambio de intensificar estos en las calles de la ciudad. La concejal de Seguridad, Gema Conde, y el jefe provincial de Tráfico de Burgos, suscribieron ayer un convenio por el Ayuntamiento recibirá estos materiales «a cambio de trabajo», apuntó Conde, que supondrá intensificar los controles de drogas que hace habitualmente la Policía Local.

El objetivo es que con este material «la Policía Local pueda mejorar sus números y los controles que se realizan en la ciudad de Burgos», explicó Gema Conde, quien recordó que en 2015 se realizaron 145 controles específicos de drogas, de los que dieron positivo 40. «Estamos hablando de un 27,6%, es decir, una de cada cuatro personas controladas dio positivo en estos test». Se pretende «mejorar estos números». Junto a estos kits, la Concejalía ha solicitado un de las tres furgonetas habilitadas para realizar este tipo de controles y que ahora están en Miranda.

Otro de los objetivos que se persiguen al intensificar estos controles es concienciar a las personas que conducen bajo los efectos de sustancias psicotrópicas. «No son muy conscientes de los daños que pueden causar al conducir bajo los efectos de este tipo de sustancias». Todo lo contrario pasa con el alcohol donde desde el Ayuntamiento han podido constatar que la población en general «sí está bastante sensibilizada con los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol». Es por ello que se quiere incidir en este tipo de controles. El material está valorado en unos 6.000 euros, teniendo en cuenta los precios de mercado que se estima en 30 euros la unidad.

La concejala de Seguridad aseguró que desde el Ayuntamiento «vamos a cumplir con el compromiso con trabajo, con mucho trabajo, de la Policía Local en beneficio y seguridad de los burgaleses».

Precisión de cirujano

Por su parte, el jefe provincial de Tráfico en Burgos, Raúl Sierra, avanzó que la reducción en las cifras de siniestralidad en las vías interurbanas «son muy acusadas» gracias al trabajo de vigilancia y prevención. Sin embargo, en los últimos años se ha detectado que en los cascos urbanos estos datos no van en la misma línea que en las carreteras y la siniestralidad no se reduce al mismo ritmo en ciertos ámbitos. Uno de ellos es en la conducción bajo los efectos del consumo de droga.

Por ello apuntó la necesidad de buscar «la precisión del cirujano». En este sentido, Sierra, explicó ayer que una de las herramientas es ajustar la colaboración con las entidades que tienen competencia en las ciudades en materia de seguridad vial que, en este caso es la Policía Local.

Para ello se han firmado diferentes convenios bilaterales, en los que se facilita formación asesoramiento y material para realizar que la Policía Local pueda desarrollar correctamente su trabajo. En el marco de ese primer convenio firmado con Burgos en 2011 «y buscando esa precisión de cirujano», se suscribe éste otro al detectar que hay un alto porcentaje de personas que conducen bajo los efectos de la droga.

Sierra explicó que mientras las campañas de sensibilización de alcohol ha permitido reducir los positivos hasta no alcanzar el 1% (en torno al 0,8% / 0,9%), en el ámbito del consumo de drogas el porcentaje se dispara por falta de concienciación. «No se tiene conciencia del peligro». Por ello se busca «primero concienciar y después si se detecta el consumo, sancionar».

El jefe provincial de tráfico matizó el porcentaje de positivos dado por la concejal Gema Conde. Explicó que en el caso del consumo de drogas, los efectivos policiales que realizan los controles «están entrenados» para detectar si ha habido un posible consumo por los síntomas externos que pueden apreciarse. Ante la sospecha, se realiza el test -a diferencia de los controles de alcoholemia a los que se someten cualquier conductor que sea parado-, por lo que el porcentaje de positivos se eleva «ya que primero ha habido una criba».

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