El Correo de Burgos

La romería de la Virgen Blanca recuerda a la edil Ana Lopidana

La tradicional celebración quiso rendir un sentido homenaje a la concejal fallecida el pasado mes de abril / La fiesta reunió a miles de personas que después degustaron paella

La romería subiendo hacia el Castillo.-RAÚL G. OCHOA

La romería subiendo hacia el Castillo.-RAÚL G. OCHOA

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V.C.
Burgos

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A pesar de que el día comenzó lloviendo, el buen tiempo acompañó el resto de la jornada, a la romería de la Virgen Blanca. Después de 23 años, esta tradición burgalesa quiso rendir un sentido homenaje a la concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Burgos Ana Lopidana, fallecida en el mes de abril. «Detrás de esa voz enérgica e imperiosa se escondía un carácter afable y cariñoso. Por eso conseguía todo lo que se proponía», expuso Miguel Santamaría, presidente de la Federación de Peñas al final de la eucaristía, dedicándole, emocionado y agradecido, esta romería. «Hasta siempre, maja, allá dónde quiera que estés con la Virgen Blanca», finalizó.

Alrededor de las 12 de la mañana la patrona de la ciudad partía de la parroquia de San Pedro de la Fuente, junto a representantes de la corporación municipal, las reinas de las fiestas, las peñas con su estandarte y muchos fieles. Los niños del grupo de danzas de San Pedro de la Fuente, subieron bailando al compás de la música hasta la campa del Castillo, en la que estuvo ubicada la iglesia medieval de Nuestra Señora de la Blanca, desaparecida con la voladura del Castillo por los franceses durante la Guerra de la Independencia.

Cerca de 1.000 personas formaban el cortejo, que tardo unos 45 minutos en llegar para escuchar la misa oficiada por el sacerdote de la parroquia de San Pedro de la Fuente, Ángel Olalla.

Después todo el mundo se trasladó a la zona de la fiesta, donde se ‘cocía el cotarro’, con la participación de las 6 peñas - San Pedro de la Fuente, Zurbarán, Fátima, Gamones, Real y Antigua y Antonio José- que prepararon chorizo, morcilla, tortilla de patata y calamares para deleite de los asistentes. Otro de los alicientes fueron los platos de paellas que se repartieron. Con más de 10 paelleras funcionando de forma simultánea, cerca de 6.000 personas pudieron disfrutar de este plato. Como contó Dionisio Bello, único fundador que queda de la organización de la paella de la romería, después de 23 años «ya tenemos experiencia en el tema». Así, cocinaron 35 paellas en tandas de 12, utilizando un cerca de 800 kilos de comida -200 kilos de carne de cerdo, 200 kilos de pollo, 100 kilos de preparado de paella y 300 kilos de marisco.

Entre los ‘repartidores’ de platos de paella se encontraba el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, que anunciaba esta celebración como el preludio de lo que tenemos por delante. «Es el inicio de todas las fiestas que nos quedan hasta el día del Burgalés Ausente». También Gloria Bañeres, del grupo Ciudadanos, se puso a distribuir paellas. «Estoy disfrutando de todo como nunca. Es una forma de conocer Burgos por dentro».

Tras la comida siguió la música y el baile a cargo del Grupo de Danzas Mª Ángeles Sáiz, pregonera de las fiestas. También hubo juegos populares tradicionales con los niños, como el tirasoga, la petanca o los aros guiados.

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