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SANIDAD

Aumentan los enfermos terminales que eligen la hospitalización en casa

Más de la mitad de los 1.000 pacientes ingresados a domicilio en 2015 precisaron cuidados paliativos

De izquierda a derecha, José Manuel Bilbao, Baudilio Fernández Mardomingo, Miguel Ángel Ortiz y Marc Simón.-SANTI OTERO

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L.B. / BURGOS
Burgos

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Cada vez más burgaleses en estado terminal optan por morir en casa sin renunciar a la atención que les puede ofrecer un centro hospitalario. De compaginar ambos intereses se encarga en la capital burgalesa un equipo integrado por siete médicos y ocho enfermeras, una unidad sin ‘planta’ en el HUBU que se desplaza al domicilio de sus pacientes, ingresados a todos los efectos, para responder a sus necesidades.

Buena parte de los enfermos que este servicio atiende precisan cuidados paliativos por padecer una dolencia en fase avanzada. En 2015, sin ir más lejos, fue así en más de la mitad de los mil casos que optaron por permanecer hospitalizados en su hogar.

Así lo detalla el especialista Javier Arias, facultativo del servicio local. «Para estos pacientes complejos, cuya situación sería motivo de ingreso, que exista un recurso como este es una ventaja porque la atención que les presta es permanente», explica y recuerda que «aquellos que no precisan un seguimiento tan exhaustivo reciben también estos cuidados en su domicilio desde Atención Primaria».

Sobre el tipo de patología avanzada que predomina en esta unidad, Arias señala un cambio en los últimos años que, precisamente, ha influido en la evolución al alza de la actividad. Antes el cáncer estaba detrás de casi todos los casos. Sin embargo, «ha aumentado mucho la población afectada por enfermedades no oncológicas que recibe estos cuidados. No tanto porque antes no los necesitaran, sino por la apertura de la medicina paliativa a otras patologías crónicas avanzadas, como insuficiencias cardiacas, respiratorias y renales o demencias», detalla. Tanto ha cambiado la situación, añade, que «en la actualidad de hecho estos pacientes superan a los oncológicos». Y seguirán aumentando, augura Arias, pues este tipo de dolencias están vinculadas al envejecimiento de la población.

Los datos oficiales respaldan este vaticinio. En concreto, la clasificación de pacientes crónicos que realizó Sacyl en función de su situación de salud, riesgo, complejidad y necesidades estima que en la provincia de Burgos hay más de 9.000 con varias dolencias complejas. Parte de este colectivo es susceptible de precisar cuidados paliativos a corto plazo «o ya los están recibiendo», puntualiza Arias.

En vista de las cifras que se manejan, el médico del HUBU expresa su deseo de ampliar la hospitalización domiciliaria. Hasta el momento su labor se circunscribe a la capital. «Sería bueno llegar al menos a los municipios del Alfoz de Burgos», comenta.

Esta sugerencia se suma a otra ya trasladada a la Administración, a quien competen estas decisiones, de habilitar «cuatro camas» en el hospital a modo de unidad de ingreso propia. «Hay pacientes a los que atendemos que por un agravamiento o por fatiga de los cuidadores que acuden a Urgencias para ingresar. Ahí los ‘perdemos’ y sería bueno facilitar la continuidad asistencial con los mismos médicos y la misma filosofía que en su casa. Además, sería una forma de optimizar los recursos y ajustar las pruebas y los tratamientos», apostilla Arias.