El Correo de Burgos

Aparicio y Granado apuestan por reactivar el Pacto de Toledo

Al margen de sus diferencias políticas, coinciden en la necesidad de alcanzar un «acuerdo general» entre todos los partidos que garantice el mantenimiento del sistema de pensiones

Juan Carlos Aparicio y Octavio Granado durante la presentación del debate antes de exponer sus argumentos.-SANTI OTERO

Juan Carlos Aparicio y Octavio Granado durante la presentación del debate antes de exponer sus argumentos.-SANTI OTERO

Burgos

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El futuro del sistema público de pensiones ha vuelto al «prime time» de los partidos políticos en periodo electoral. Al déficit de 17.000 millones de euros se unen otros factores -fundamentalmente demográficos- que implican inexorablemente la búsqueda de alternativas para asegurar su mantenimiento en el futuro. Bajo esta perspectiva, el ex ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Carlos Aparicio, y el ex secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, coincidieron ayer en la necesidad de «retomar el espíritu del Pacto de Toledo» durante la primera entrega de los Debates esenciales organizados por la Cámara de Comercio en colaboración con Ibercaja.«Creo que España puede y debe tener un buen sistema de pensiones», declaraba Aparicio con el convencimiento de que el análisis de este «problema común» que requiere una «solución común» solo es viable a través del «diálogo político» y «social». También proclive a un «acuerdo general (...) capaz de sobrevivir a la alternancia política por muy diferentes que sean las posiciones de cada uno de los gobiernos», Granado señaló que durante los últimos cuatro años se ha echado mano de 50.000 euros de la hucha de las pensiones. Una situación a su juicio insostenible, pues de seguir con esta tendencia «nos vamos a quedar sin reservas» mientras las cotizaciones de los ciudadanos se situarían «al albur de los presupuestos de cada año».Entrando en materia, el político socialista inició el debate enarbolando las «fortalezas» de la Seguridad Social española, cuyo fondo de reserva «llegó a ser el quinto de Europa por volumen de recursos», gracias en parte a una gestión «muy profesional y altamente automatizada».

Sin embargo, la burbuja explotó y el país «ha pasado ocho años muy duros». En este sentido, recordó los 10 años de «crecimiento ininterrumpido» hasta finales de 2007, cuando España llegó a tener más de 19 millones de afiliados. La tendencia negativa se consolidó definitivamente en 2011, con la crisis en su máximo apogeo, tras registrar el primer déficit en 13 años y dos millones menos de afiliados.Con los datos en pantalla y la calculadora en la cabeza, Granado aportó «medidas inteligentes» para garantizar el mantenimiento del sistema de protección social en el futuro. A «corto plazo», defendió el incremento de las aportaciones al presupuesto del Estado en esta materia. Para ello, citó como modelo a seguir el de Portugal, que destina un 13,3% de su Producto Interior Bruto (PIB) para la financiación de sus administraciones y un 7,7% para los empleadores.A «largo plazo» se centró en el aumento de ayudas a las familias, máxime cuando hay 700.000 en la actualidad que presentan «problemas de privación» por esa falta de asistencia, factor determinante en el «lamentable récord» de España como el país de Europa donde más se retrasa la paternidad.A título personal

A diferencia de Granado, el ex alcalde de Burgos optó por un discurso «humanista» en el que las cifras brillaron por su ausencia. A modo de introducción, Aparicio dejó claro que su análisis del sistema de pensiones es una «opinión personal, no del partido», ya que «felizmente no estoy en campaña».El prólogo de quien fuese ministro en la época de Aznar culminó con un toque de filosofía. Con El arte de la política de Aristóteles en la mano -una «enorme cura de humildad para todos»-, lanzó un dardo a los nuevos partidos al indicar que los problemas derivados de la situación actual ya formaron parte de la historia y pudieron solventarse.Ahora sí, Aparicio aseguró que el sistema de pensiones «funciona y puede seguir funcionando». No obstante, reconoció que España estuvo hace no mucho «al borde de la catástrofe» y a punto de ceder «de manera casi absoluta» su soberanía financiera. Además, admitió la «falta de explicación» del Gobierno de Mariano Rajoy en su momento.Mucho ha llovido -y cambiado- desde la implantación de la Seguridad Social en España. En base a ello, remarcó la necesidad de reconfigurar determinadas prestaciones que «han perdido su razón de ser». Por otra parte, apeló al «realismo» en una sociedad «desequilibrada demográficamente» que «tiene que saber cuál es su esquema de gasto», amén de hacer hincapié en la «coherencia entre la oferta educativa y el mercado de trabajo» para garantizar la eficiencia del sistema de pensiones.

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