El Correo de Burgos

Los talleres exigen más firmeza contra la economía sumergida

La actividad ilegal frena la recuperación del sector de reparación de vehículos, que cerró 2015 con el primer leve repunte de facturación desde 2009

Un mecánico revisa en un taller un vehículo comercial.-RAÚL G. OCHOA

Un mecánico revisa en un taller un vehículo comercial.-RAÚL G. OCHOA

Publicado por
L. B. / BURGOS
Burgos

Creado:

Actualizado:

El leve repunte de trabajo y facturación con el que los talleres mecánicos despedían 2015 no acaba de convertirse en tendencia. El alza registrado el año pasado -por primera vez desde que en 2009 irrumpiera la crisis y abocara la actividad a un declive progresivo- se presumía como el inicio de la ansiada recuperación. Sin embargo, la competencia ilegal ‘campa’ a sus anchas en este mercado, en buena medida por dejación de las administraciones que deben cursar las sanciones, según explican sus representantes, y en la práctica supone un lastre notable para la mejora del sector de la reparación y el mantenimiento de vehículos y sus necesidades.

No es el único factor que empaña los buenos resultados globales que en 2015, según los datos de la federación española de asociaciones de talleres (Conepa) a la que pertenece la agrupación local (Adeabur), elevaron la facturación anual un 3,7% respecto al ejercicio anterior.

La ralentización de la demanda en el último trimestre del año -que se ha prolongado en la primera mitad de 2016- y la inestabilidad de entradas, que fluctúan sin razón aparente, hacen que el empleo en el sector apenas haya aumentado y que la inversión en modernización de las instalaciones y el equipamiento se contenga.

El presidente de la asociación burgalesa, Diego Díez, confirma que este panorama nacional coincide a grandes rasgos con el de la provincia. Representa a un centenar de negocios y afirma que sí han percibido ese ligero repunte en la actividad. Indica que esa demanda no ha provocado que el sector crezca. «Las aperturas suplen como mucho a los cierres por jubilación, que son bastantes», explica. Así, el ‘censo’ de talleres se mantiene estable pese a la crisis. «Son empresas pequeñas, familiares en muchos casos, que pelean por mantenerse a flote sea como sea», añade el secretario de la organización, Gabriel Martínez.

Ambos confirman también que una de las principales preocupaciones entre los talleres burgaleses es la competencia feroz a la que la crisis les ha hecho enfrentarse. La actividad ilegal -que no debe asimilarse a talleres ilegales pues más que infraestructuras complejas son lonjas o garajes donde se hacen arreglos a precios bajos pero sin garantías de ningún tipo- proliferaba al calor de la recesión. Las ‘chapuzas’ en ‘negro’ se vuelven más atractivas en épocas de estrechez. Esta economía sumergida «nos quita trabajo y daña la imagen de los que cumplimos», lamenta Díez.

Por eso la lucha del sector contra esta amenaza es firme. Denuncian cada caso que conocen, la Guardia Civil responde con premura «y trabaja bien», se inician los expedientes y a esperar. Es ahí, en ese paso, cuando todo el proceso se dilata. Son las administraciones con competencia para sancionar esta práctica irregular las que ‘aflojan’ el cerco. De ahí que la principal reclamación de los profesionales se dirija a ellas: «Hay demasiada manga ancha y eso tiene que acabar», sentencia Díez. En la misma línea, se pronuncia el secretario de Adeabur, Gabriel Martínez, que exige «contundencia» y explica que la respuesta no puede limitarse a instar por carta a que se regularicen. «No se trata de incumplimientos por despiste», añade y estima que en los últimos años Adeabur ha detectado y notificado al menos 30 actividades ilegales.

tracking