LA ESPUELA / ALBANELY ROSSO
"Nunca hice botellón y me arrepiento"
Hace 16 años abandonó el abrazo cálido de la República Dominicana y ya se siente tan burgalesa como el Papamoscas que da las horas en el Ojeda, donde entró para hacer prácticas y se quedó
Pregunta- Jefe o superior en algunas oficinas y ministerios de palacio. La RAE dixit. ¿Manda mucho la sumiller del Ojeda?
Respuesta- Más que mandar, me gusta recomendar a la gente, siempre para que disfrute.
P.- Un vino sobrevalorado...
R.- El Pingus, por su alto precio. No puede ser que un vino cueste 700 euros la botella en una tienda cuando en Ribera del Duero hay tanta gente que lo hace muy bien y no se aproxima a esos precios.
P.- E infravalorado...
R.- Castillo de Ura, de Arlanza, que, aunque en Burgos cuesta verlo, está exquisito y tiene un precio irrisorio. Muchas veces se infravalora por desconocimiento. Hay que conocer el proceso y todo lo que hay detrás para dar el valor real a las cosas. Podría estar en la carta de cualquier restaurante.
P.- Se puso nerviosa cuando tuvo que servir a...
R.- A la reina Letizia, en un evento en una oficina. Aquí, en casa, nunca me pongo nerviosa.
P.- ¿El cliente siempre lleva la razón?
R.- No. Siempre digo que el cliente siempre lleva la razón salvo cuando la tengo yo. Si alguien te dice que ese vino no está bueno, cuando tú sabes que sí, yo no le doy la razón. Es atrevido, pero hay que creer en uno mismo.
P.- Si un día llega a la mesa y está Alejandro Fernández...
R.- Me volvería loca. Me sentaría con él, me pondría a cantar con él y sería el momento oportuno para recomendarle mil vinos que siempre me he imaginado, para preguntarle qué le inspiró algunas canciones... Sería mi cliente más especial y le haría disfrutar muchísimo.
P.- ¿Cuándo dio un triple salto mortal y se estrelló?
R.- Muchas veces. La última vez con un Valbuena de 2008, que decepcionó al cliente y a mí.
P.- ¿Y cuándo salió redondo?
R.- Eso me pasa casi a diario. Cada vez hay más gente que se pone en nuestras manos.Para mí el mejor momento es cuando un cliente confía en ti, aciertas y la gente se va satisfecha y yo, feliz.
P.- ¿Existe el licor que endulce el carácter de los burgaleses?
R.- A los burgaleses nos ganan con cariño, somos gente a la que nos gustan las cosas bien hechas y digo nos porque yo ya me considero una burgalesa más. A mí ya me dicen que tengo el carácter de aquí.
P.- ¿Ha perdido el exotismo dominicano?
R.- Aveces me arrepiento de perder parte de mis raíces, mis orígenes, pero yo estoy a gusto y esto hace que aquí sea una más, aunque la tierra de una siempre tira.
P.- ¿De qué momentos se ausentó que se han ido para siempre?
R.- Muchos de mi juventud, de cuando era una adolescente. Hay cosas que no hice por responsabilidad como el botellón. Me hubiese gustado mucho hacerlo y me arrepiento.
P.- ¿Mejor cena sin vino que olla sin tocino?
R.- Dicen que si la comida es el cuerpo, el vino es el alma y no se entiende una buena comida sin un buen vino, y me refiero a un caldo que esté hecho con cariño, que represente tu tierra, que aquí lo tenemos. Yo no soy de comer sin vino, hasta cuando he estado enferma no he podido evitarlo.
P.- ¿Cuándo dijo al pan, pan y al vino, vino?
R.- Cuando me han ofrecido volverme a la República Dominicana y montar algo allí, siempre he sido tajante y clara. Mi tierra ha sido, es y siempre será mi tierra, pero yo me quedo aquí porque estoy feliz.
P.- «Mezclado, no agitado». ¿Llevaría la contraría a James Bond?
R.- No, yo también soy más de mezclar que de agitar.
P.- ¿Y qué mezclaría para sus adorados jugadores del Barça?
R.- Se me dan muy bien las margaritas. Las hago exquisitas. También un Dry Martini, un cóctel que apetece en cualquier momento, y si tuviera que tirar de vino les prepararía una sangría, también exquisita. Para mis jugadores del Barça se me ocurrirían muchas cosas.
P.- ¿Cuál ha sido su mejor gol?
R.- Elegir este oficio. Me ha abierto muchas puertas, tengo muy buenos amigos, para mí no es un trabajo. El mundo del vino y la hostelería son mi estilo de vida.Es la mejor decisión que he tomado, además de ser madre, por supuesto. Tengo una niña de ocho años y medio, Dalia, a la que también le gusta el vino. Ya apunta maneras. (Se ríe).
P.- ¿Cuál ha sido el último tesoro que ha encontrado?
R.- Un vino del Arlanza, que se llama Miguelón. Es sencillo, no esperas que te sorprenda y lo hace, y mucho.
P.- ¿Tiene comisión en Arlanza?
R.- Me tira porque conozco el trabajo que hay detrás, el amor que le pone la gente, y cuando conoces eso siempre te sientes más vinculado emocionalmente a ese vino. Por otra parte, a día de hoy, sobre todo en Burgos, lo tenemos muy apartado, pero por desconocimiento, porque hay vinos que merecen la pena.
P.- ¿Cuál ha sido su cata más rara?
R.- Una de calimocho. Fue muy divertida.
P.- ¿La calidad y el tetra brik están reñidos?
R.- Aquí no estamos acostumbrados, pero si por marketing Vega Sicilia decide envasar en tetra brik, por qué no. En otros países el packing box se lleva bastante y hay vinos de calidad.
P.- ¿Cuánto postureo hay en este mundo?
R.- Mucho, es un tema que me disgusta porque al final tanto nosotros como otros profesionales de la hostelería hemos contribuido a que sea muy elitista y no tendría que ser así, sino todo lo contrario. Debe ser cercano, atractivo, sencillo y fácil de entender.Hay gente que por hacer los tres pasos perfectamente de una cata piensa que sabe de vino y realmente el sabio es el que lo disfruta, con una buena comida, una buena compañía, un momento especial... Hay que disfrutar el momento lejos de si eres capaz de detectar el olor a vainilla, plátano o roble.
P.- ¿Importa el tamaño de la nariz?
R.- No. Se trata de ponerse a trabajar y entrenar para desarrollar las habilidades. La señora que cose todos los días, hace un doblez sin mirar, lo mismo nos pasa a nosotros.
P.- ¿Las lágrimas del vino son de risa o de llanto?
R.- Siempre tendrían que ser de risas porque te ha emocionado.
P.- ¿Cuándo ha estado más picada que el vino?
R.- Me duele la gente desagradecida. Me pica bastante.Son cosas que se viven a diario.
P.- ¿Hay que saber hablar para ser sumiller?
R.- Más que hablar, hay que saber transmitir. Y se consigue cuando haces las cosas con el corazón y eres sincero contigo mismo.
P.- Un brindis.
R.- Por todo el personal de sala, que estamos haciendo las cosas muy bien y no ocupamos el lugar que nos corresponde en hostelería.
P.- ¿Qué caldo echa en la copa?
R.- Un buen Ribera del Duero. Elegir uno sería difícil porque hay muchos que nos pueden emocionar y recordar un buen momento.