El Correo de Burgos

MUNICIPAL

Lacalle tiende la mano para cerrar un presupuesto muy comprometido

Confía en llegar a un acuerdo con la oposición aunque no teme prorrogar el de 2016 / La deuda de los consorcios del desvío y Villalonquéjar amenazan las cuentas municipales

El alcalde Javier Lacalle compareció con el concejal de Hacienda,Salvador de Foronda, en el arranque del curso político del Ayuntamiento.-RAÚL OCHOA

El alcalde Javier Lacalle compareció con el concejal de Hacienda,Salvador de Foronda, en el arranque del curso político del Ayuntamiento.-RAÚL OCHOA

Burgos

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El alcalde no quiere que el tiempo se le eche encima ni que las habituales diferencias de criterio entre su grupo y la oposición dejen tan poco margen a la negociación que el próximo presupuesto municipal -sea prorrogado o de mínimos- sirva para poco más que pagar las nóminas de los funcionarios públicos. Es por eso que se ha propuesto debatir próximamente las bases del presupuesto con los grupos de la oposición y, si es posible, tener un borrador antes de que acabe octubre, con la idea de poder debatir y aprobar el presupuesto aprovechando el consenso previo en el plan de inversiones sostenibles que tiene que alargarse hasta su finalización. Ese es su compromiso personal, que explicitó ayer en una comparecencia pública a modo de inicio del curso político en Burgos en la que quedó clara la dependencia del equipo de Gobierno respecto al Partido Socialista tanto para aprobar las cuentas de 2017 como para solventar una solución al mayor problema que se le plantea al Consistorio que no es otro que la deuda de los consorcios de Villalonquéjar y la variante ferroviaria.

Lacalle está dispuesto a prolongar el consenso concitado en la distribución de las inversiones sostenibles -por fuerza en algunos casos que no estarán completados en 2016- de cara a seleccionar el destino de las inversiones municipales del próximo ejercicio. El alcalde se comprometió ayer a tener el borrador del presupuesto en manos de la oposición en octubre y poder aprobar las cuentas municipales antes de que finalice el año, a diferencia del ejercicio anterior.

Sin embargo no está en manos de Lacalle el cierre del presupuesto, ya que el Ayuntamiento necesita que la administración regional y la estatal definan previamente las transferencias financieras que recibirá Burgos y cómo afectaría en lo local el techo de gasto que quede finalmente fijado, así como quedaría la retribución de los trabajdores municipales marcada por el presupuesto nacional.

Sin temor a prorrogar

Es decir, que la buena voluntad de Lacalle y los avances en la elaboración del presupuesto -que según explicó hace más de un mes que se está cuadrando con los diferentes servicios públicos y se ha avanzado en los gastos plurianuales comprometidos - no tendrán sus frutos hasta que Rajoy y Rivera cierren su pacto para la gobernabilidad de España. En caso contrario, bien sea porque PP y oposición no se pongan de acuerdo o por otras circunstancias, Lacalle no se muestra preocupado por el hecho de tener que prorrogar un presupuesto -el vigente- que tiene la suficiente holgura para dejarle gobernar con una relativa comodidad. En este sentido insistió en que de no llegar a un consenso a lo largo de noviembre para que las cuentas se aprueben antes de Navidad, se procederá «a la oportuna prórroga».

Apeló a la «responsabilidad» del resto de grupos políticos municipales, teniendo en cuenta, además que ya existe un consenso previo sobre el destino de las inversiones sostenibles que se van a llevar a cabo en el próximo ejercicio. En ese sentido, Lacalle resaltó que la aprobación del calendario de inversiones al que el Partido Socialista dio su visto bueno permitirá la continuación de los proyectos previstos sin distorsiones políticas. El presupuesto municipal de 2017 está claramente afectado por este mismo acuerdo previo que el PP se esfuerza en circunscribir en el pacto por las inversiones sostenibles, donde algunos de los proyectos ya están a punto de concluirse las obras y otras se encuentran en la fase de redacción para que sean ejecutadas con cargo a las cuentas del próximo año.

Con todo, en el capítulo económico queda pendiente por dilucidar cómo se reestructurará la deuda del consorcio de Villalonquéjar y la situación generada en el consorcio del desvío después de que se rechazara el convenio con las entidades financieras para reestructurar la deuda que, a fecha de hoy, asciende a 30 millones de euros teniendo en cuenta los vencimientos más inmediatos.

Alternativas

En este sentido, el alcalde de Burgos instó al PSOE a que «nos digan cuál es la alternativa que nos proponen». Recordó que no se niegan a encargar estudios jurídicos para ver qué consecuencias tendría rechazar el acuerdo con los bancos y que éste estaría redactado para Navidad. De hecho apuntó que ya se está en contacto con algunos gabinetes independientes, pero recordó que ese informe «no resuelve el problema que tenemos en la mesa de no querer colaborar económicamente».

Lacalle insistió en que «la pelota está en el tejado del PSOE» y reiteró que aún no se han presentado alternativas. Anunció que en la primera quincena de septiembre se convocará una nueva reunión del consorcio para intentar llegar a un acuerdo ante el pronunciamiento de las entidades financieras que amenazan con la ejecución de la deuda. El alcalde instó al PSOE, citando las palabras del presidente Herrera en referencia a la formación de un Gobierno nacional, que en este asunto de la deuda del consorcio no sea «como el perro del hortelano» e instó a llegar a puntos en común porque «todos queremos lo mismo» y la posición de los bancos no es «una amenaza, es una realidad», concluyó.

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