La segunda vida de los muebles

BURGOS

La saturación publicitaria de tiendas de muebles casi obliga a renovar el mobiliario doméstico cada poco tiempo. Pero, ¿qué hacer con los muebles antiguos? ¿Dónde hay que llevarlos cuando se retiran? Existen varias opciones para deshacerse de ellos y que además permiten alargar su vida al ser aprovechados por otras personas.

El primer paso es deshacerse de esos muebles que ya no se van a usar. Para ello, el Ayuntamiento de Burgos junto a la empresa Semat ofrece un servicio gratuito de recogida de objetos voluminosos orientado a aquellas personas que no disponen de un vehículo para desplazarlos ellos mismos a los puntos limpios. Esta recogida se produce cada miércoles de noche y es necesario llamar previamente al 947 26 26 47 en horario de mañana. Cada usuario deposita sus residuos en la acera y la empresa Semat los retira.

Este servicio ofrecido por el Ayuntamiento lleva en funcionamiento más de 20 años. En 2015 recogieron 155.260 kilos de residuos correspondientes a 4.757 elementos en 52 jornadas de retirada, recibiendo un total 1.557 avisos de solicitud. Así, los enseres que más se retiran son colchones, somieres, sofás y mobiliario de baño y cocina.

Por su parte, los residuos de madera y metal se acumulan para llevarlos posteriormente a una planta de tratamiento, el resto de elementos que no se consideran útiles se trasladan al vertedero de Abajas.

PUNTO LIMPIO

Deshacerse de muebles, enseres y electrodomésticos también es posible a través de los puntos limpios. Esta práctica, según revelan las estadísticas, se ha convertido en una opción preferente. No en vano, en 2016 se ha producido un aumento de este servicio, con una subida de más de 635 clientes con respecto al primer trimestre del año pasado, lo que supone un incremento del 7,41%. El Punto Limpio Norte evidencia una mayor afluencia, con una media mensual de 2.458 beneficiarios, frente a los 609 visitantes del Punto Limpio Sur.

En cuanto a las características de los usuarios, 7.400 particulares han visitado dos de estos centros de reciclaje en los que va de año. Por otro lado, 480 comercios, 189 oficinas y 1.131 industrias han hecho uso de este servicio.

Según dispone el Artículo 23 de la Ordenanza Municipal de Residuos, son admisibles en estos espacios muebles, enseres y maderas, con una cantidad máxima de 100 kg., y colchones y electrodomésticos, con un tope de dos unidades. Los Puntos Limpios de Recogida Selectiva de Residuos Industriales No Peligrosos tienen acordada la recepción de muebles y enseres asimilables a los residuos domiciliarios, con mezcla de materiales de difícil separación.

Como reflejan los cálculos, este último año el reciclaje de muebles ha crecido considerablemente. Las estadísticas de gestión de estos Puntos Limpios revelan que en el primer trimestre de 2016 se han desechado un total de 526 colchones, 145 somieres, 503 grandes electrodomésticos, 4.757 pequeños electrodomésticos, 115 frigoríficos, 1.599 equipos informáticos y 1.548 pantallas de televisión y ordenadores.

Estos centros de recepción y almacenaje de residuos municipales ofrecen grandes facilidades a sus clientes. El Punto Limpio Norte, situado en el Barrio de Vista Alegre (G3), tiene un horario de lunes a viernes de 9 a 20 horas y sábados de 9 a 14 h. El Punto Limpio Sur, ubicado en el Camino de Valdechoque, abre de lunes a viernes de 9 a 14 h. y de 16 a 19 h., y los sábados, de 9 a 14 h. Además, para los usuarios que no disponen de un vehículo para transportar los residuos voluminosos hasta el Punto Limpio correspondiente, se facilita un número de teléfono para organizar la recogida de los remanentes.

En definitiva, los datos favorables reflejan una predilección por este servicio, además de una mayor concienciación sobre el reciclaje en toda la población.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Existe otra alternativa diferente para la recogida de enseres, en la que se da una segunda oportunidad no solo a los muebles, sino también a los trabajadores. Se trata del servicio de recogida y restauración de muebles que ofrecen asociaciones como Centro Reto y Accorema, que ayudan a personas de colectivos desfavorecidos a reinsertarse en la sociedad. En ambas asociaciones, los mozos de carga, restauradores y carpinteros son las propias personas que se encuentran en el programa de rehabilitación.

Desde Centro reto señalan que «de esta forma los internos pueden mantener su tiempo ocupado de forma productiva y obtener resultados fruto de su esfuerzo».

La recogida del mobiliario la hacen sin ningún coste y, donde otros ven muebles inservibles, ellos ven una oportunidad de financiación para seguir manteniendo la labor que realizan desde las asociaciones. «Aquí tiramos poco, se recuperan muchos muebles, se arreglan y salen a la venta», asegura Mercedes, una de las mujeres pertenecientes al programa de rehabilitación de Centro Reto.

Sillas, sillones y butacas son algunos de los muebles que más se recogen y los más fáciles de recuperar «en ocasiones piensas que no van a pagar nada por un mueble pero una vez arreglado se vuelve nuevo», confiesa. Una de las internas es la ‘maestra restauradora’ realizando el trabajo más fino, mientas que las demás se encargan de encolar y lijar los desperfectos.

«Ahora mismo son 3 personas haciendo esto, conforme van aprendido se van rotando en el trabajo y unas a otras se van enseñando», comenta Mercedes.

La asociación Centro Reto tiene su tienda ubicada en el polígono industrial de la carretera de Quintanadueñas. «Los chicos se encargan de recoger los muebles y nosotras los restauramos y llevamos a la tienda, pero esto lo llevamos haciendo desde hace poco tiempo», explica.

Todos los beneficios obtenidos a través de estos servicios son reinvertidos tanto en el mantenimiento y mejora de las instalaciones como en todas las actividades a las que se dedica la asociación.

Por su parte, Accorema es una asociación ‘veterana’ en la restauración de muebles. Ubicados, también en Quintanadueñas, llevan 10 años realizando esta labor. «Si los muebles están en buen estado los vendemos como muebles de ocasión. Si el estado del mueble no es bueno y se puede restaurar, lo hacemos para después venderlo» apunta Carmen Ochoa, secretaria de Accorema.

En ocasiones, auténticas reliquias se almacenan en trasteros hasta que un día alguien decide deshacerse de ellas «lo más llamativo que hemos recogido es un calentador de cama de madera como de 1920» cuenta la secretaria. «Te diría que el 80% de los muebles son recuperables».

Según Ochoa, este servicio de recogida es muy demandado en la provincia «la gente está cada vez más sensibilizada con la causa» aunque confiesa que «la restauración aporta su granito de arena al conjunto de gastos de la asociación, pero por si sola no es suficiente».

Por este motivo, desde este tipo de asociaciones piden la participación ciudadana, ya que se trata de una opción económica y solidaria de recogida y restauración. De esta manera, se contribuye a fomentar el consumo responsable y darles un ciclo de vida más largo a los muebles.

No solo se colabora con el medio ambiente sino que se da trabajo a personas en riesgo de exclusión social. Esta labor sirve como preparación de cara a su reinserción social, ya que aprenden un oficio que, en un futuro, les posibilitará acceder al mercado laboral.