Ramiro Marijuán será la nueva voz de UGT-FICA para 5.800 afiliados
El congreso en el que fue elegido contó con la presencia de los secretarios general y regional de UGT-Fica, Pedro Hojas y Miguel Ángel Gutiérrez
El congreso constituyente de la nueva UGT-FICA Burgos (Federación de Industria, Construcción y Agro) eligió ayer a Ramiro Marijuán, que se marcó como reto la defensa de los trabajadores de la industria burgalesa, con cerca de 450 representantes en la empresa y cerca de 5.800 afiliados en la provincia burgalesa.Se trata de la segunda provincia de la Comunidad -primero fue Salamanca- en la que se constituye este sindicato y la próxima semana hará lo propio el de Zamora, según avanzó el secretario general de UGT FICA Castilla y León, Miguel Ángel Gutiérrez Fierro, quien asistió al congreso junto al secretario general de UGT FICA estatal, Pedro Hojas.El Congreso arrancó a las 10 horas en el Hotel La Galería bajo el lema ‘Unidos, haciendo futuro’ con el que se pretende resumir el objetivo de esta nueva Federación, que a partir de ahora desarrollará su labor en torno a la sectorialización. La misma, debe contribuir a mejorar la labor y facilitar que los equipos sean capases de llegar a todos los centros de trabajo. Esto se va a traducir, además de en una simplificación y modernización del sindicato, en una mayor presencia sindical en las empresas a las que les es difícil llegar.En este sentido, Ramiro Marijuán aseguró con esta reorganización se optimizarán los recursos y se dotará de mayor dinamismo y eficacia al sindicato en la defensa de los intereses de los trabajadores a través de una estructura «más sólida y más cercana a las bases». Entre las principales reivindicaciones, destacó «recabar una política industrial en España que fomente la industria y que haya pautas que permitan que se desarrolle».Asimismo, reclamó una subida salarial para los trabajadores, así como una «ofensiva» en cuanto a los recortes de las multinacionales que, según denunció a Ical, «intentan institucionalizar». En este aspecto, citó a dos empresas burgalesas del sector como son Bridgestone y Campofrío, a cuyos trabajadores les trasladó el «apoyo» del sindicato ante esta «agresión ultraliberal». También animó a los jóvenes a afiliarse.