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PRUEBA: FORD EDGE 2.0 TDCi TITANIUM

BIENVENIDO MR. EDGE

Su diseño no esconde su origen americano, pero este gran SUV se adapta al mercado europeo por su diseño portentoso sus altas prestaciones y un completísimo equipamiento de serie

Poderoso con una parilla central que le confiere más fuerza el Ford Edge desafía la escalinata de la bella iglesia de Santa María del Campo.-HÉCTOR FUSTEL

Publicado por
RAÚL MANSO
Burgos

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BURGOS

Esto de la globalización es un auténtico quebradero de cabeza para todo y para todos. Todo el entramado económico, social y productivo está conectado entre sí y cuando una de las potencias mundiales «estornuda», los demás países del globo sufren las consecuencias. Este fue uno de los motivos por lo que la crisis que nos lleva azotando desde 2008, surgió para quedarse.

El mundo del automóvil es uno de los sectores que más sufrió las consecuencias de la intensa recesión económica y algunas marcas, con una larga trayectoria y con modelos que crearon tendencias en los años dulces del sector, fueron absorbidas por grupos automovilísticos más potentes a precios irrisorios o por empresas (generalmente asiáticas) que sí tenían mucho dinero en efectivo, gracias a que su economía gozaba de un crecimiento inusitado sin parangón.

Ford también tuvo su momento de crisis, pero gracias a que gozaba de buena salud económica y después de deshacerse de varias marcas y filiales que habían adquirido en época de bonanza, y unos ajustes productivos aquí y allá, pudieron recuperarse del batacazo mundial y volver por sus fueros.

LA GRAN DECISIÓN

Decidieron que no se podían permitir diferentes productos, con diferentes desarrollos y diferente ingeniería para según, qué tipo de países o continentes. De esa forma, utilizaron la globalización de una manera de la que nos beneficiamos la mayoría de los consumidores y gracias a ello, en la actualidad, podemos adquirir productos como el increíble y mítico Ford Mustang o la nueva edición del laureado Ford GT.

Es el caso del objeto de nuestra prueba de hoy. El Ford Edge se lleva vendiendo en el mercado estadounidense desde hace ya varios años, pero con la última generación, han decidido que se venda también a nivel mundial. Este modelo nos llega como el SUV más grande de la marca del óvalo, completando por la parte superior, el amplio elenco de SUV con los que cuenta en su gama Ford.

PLANTA PODEROSA

No esconde su origen americano. Sus líneas son poderosas lo miremos desde donde lo miremos, pero es en su parrilla delantera donde nos transmite esa sensación de fortaleza con más ahínco, gracias a una enorme parrilla frontal con el gran logotipo en el centro que abarca casi todo el protagonismo y unos faros expresivos que mantienen el lenguaje de diseño del resto de la gama de Ford.

También nos percatamos de una imagen un tanto coupeizada debido a la caída suave del techo hacia la zaga y no truncada y vertical, como ocurre con la mayoría de los representantes de este segmento. Eso le da una presencia diferente y más original, además de que permite crear una trasera también bastante poderosa, con un gran portón de acceso al maletero y unos pilotos traseros con tecnología LED unidos entre sí por una línea iluminada, al más puro estilo de Porsche 911 Targa, que nos aporta una visión nocturna exclusiva y original.

CAPACIDAD SORPRENDENTE

El portón de acceso al maletero queda muy bien situado bastante cerca del suelo y nos descubre una gran boca de carga para facilitarnos el acceso. En nuestra unidad de pruebas, contábamos con la apertura y cierre eléctrico con tan solo pasar un pie por debajo del paragolpes trasero, lo que es bastante cómodo si llevamos las dos manos ocupadas. El maletero es bastante grande y aprovechable, con una capacidad de 602 litros, que pueden alcanzar los increíbles 800 litros si lo cargamos hasta el techo y sin sacrificar ninguna de las plazas.

LA BELLEZA ESTÁ EN EL INTERIOR

Entramos en el interior. Los asientos delanteros en nuestra unidad de pruebas eran auténticos butacones de relax. Sujetan muy bien el cuerpo y estaban tapizados en un excelente cuero. En nuestro caso, estos asientos eran calefactados y refrigerados, con tres niveles de potencia, así que ese cuero nunca nos parecerá ni frío en invierno, ni nos quemará la espalda en verano.

No obstante, nuestra unidad de pruebas con el acabado Titanium venía «alicatada» hasta el techo, y entre el numeroso equipamiento de serie, nos encontramos con tapicería de cuero, asientos calefactados en todas sus plazas y los de delante también refrigerados; asientos con regulación eléctrica y tres memorias; asistente de aparcamiento automático con cámara trasera y sensores perimetrales; cámara de visión delantera; ordenador de a bordo; lector de señales de tráfico; asistente de arranque en pendientes; climatizador bi-zona, equipo de infoentretenimiento SYNC 2 con pantalla táctil de 8 pulgadas y navegador; techo solar panorámico practicable eléctricamente; llantas de 19 pulgadas; apertura y arranque Free key, Start/Stop, asistente de arranque en pendientes; apertura eléctrica del portón trasero; sensores de luces y lluvia; faros delanteros de LED adaptativos y antideslumbramiento... Vamos, que nos quedarían muy pocas opciones a elegir con este acabado tan dotado de serie.

LOS MEJORES DIÉSEL

Las mecánicas elegidas para impulsar al nuevo Ford Edge tan solo son dos, pero son los dos bloques diésel más potentes. Por un lado tenemos al 2.0 TDCi con 180cv y el mismo bloque, pero potenciado hasta los 210cv. Esta es la mecánica que probamos nosotros. El 2.0 TDCi genera un respetable par de 450 Nm gracias al cual, no tendremos ningún problema a la hora de realizar ningún adelantamiento ni en cuanto a recuperaciones se refiere. Con esta mecánica, las prestaciones son bastante aceptables, con una velocidad máxima de 210 Km/h y una aceleración de 0-100 Km/h en tan solo 9,4 segundos.

Es un vehículo ideal para viajar por cualquier tipo de vía, ya que el confort y el aplomo que nos brinda, además de una gran nobleza de reacciones, es bastante reseñable a pesar de contar con una masa considerable. También podemos realizar alguna incursión en el campo gracias a su altura y a su tracción total permanente, sin temor a dañar los bajos del vehículo y con ciertas garantías de éxito.

BIENVENIDO MR. EDGE

Mira que yo soy reacio a los coches que se comercializan en los Estados Unidos, ya que la valoración y los requerimientos de los conductores de allí, además de sus infraestructuras y carreteras, no son los mismos que en Europa y esos coches suelen ser más apropiados para esas latitudes. Pero si hay algo en lo que la globalización nos ha hecho un favor, es en este tipo de cosas. El Edge ya es un producto global y por lo tanto, es apropiado para todo el mundo, así que mientras se pueda; disfrutemos de las únicas mieles que por de pronto, nos deja esta globalización. Bienvenido Mr. Edge.