SOCIEDAD
La luz que esconden las micras
Cuatro equipos de reactivación de la luminiscencia de granos minúsculos de feldespato y cuarzo trabajan durante meses en las muestras con cerca de un millón de años
El laboratorio de Luminiscencia del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) es uno de los más completos del país. Tiene cuatro lectores que tratan de averiguar cuánta luz acumula una micra de feldespato o cuarzo. La estimulación que realiza este aparato permite determinar cuándo dejó de estas expuesto ese terreno a la luz del sol y, por tanto, saber cuándo ese sedimento y lo que envuelve (fósiles humanos, de animales o plantas) fue enterrado. Poner fecha a los yacimientos es primordial y esta técnica que nació a finales de los años 80 en Canadá permite poner fecha a material de cuatro años, en las mediciones más jóvenes, hasta casi el millón de años.
El Cenieh cuenta con cuatro lectores de este tipo. Dos fueron los primeros llegar en 2009, otros dos se han sumado este año, el último de ellos permite el intercambio de luces (se puede estimular la muestra con luz azul, verde o violeta). Y está pendiente de que a mediados de 2017 llegue un quinto que incorpora cámara de espectrometría y un sensor de rayos X de fluorescencia. «Con los nuevos equipamientos nos hemos visto obligados a desdoblar el laboratorio con lo que la fase de preparación de muestras está en la primera planta y la zona de medición en el sótano», señala la coordinadora del laboratorio, Gloria I. López.
Ella está al frente del equipo que está formado por el técnico del laboratorio, Carlos Pérez, y una plaza de técnico dentro del contrato de garantía juvenil, David Martínez. «Hemos tenido algún postdoc, algún máster y estamos abiertos a quienes quieran profundizar en esta técnica vengan a realizar sus estancias aquí», señaló López.
El objetivo de la técnica es el de estimular los electrones de energía lumínica que guardan los minerales.Cuanta más cantidad de energía acumulada haya determina más edad de ese material. Pero para la estimulación de esa energía almacenada es muy frágil. Cualquier rayo de luz blanca puede estimularlo y contaminar la muestra. De ahí que en las dos áreas de trabajo de Luminiscencia se trabaje con luz roja y se tenga un cuidado específico en las entradas y salidas. Incluso en la recogida y custodia de las muestras se tiene en cuenta que el material no sea golpeado por la luz del sol. De esta manera, las muestras se extraen en una especie de tubo y se guardan con papel de aluminio y en bolsas negras. La preparación de la muestra se realiza con luz roja, para no estimular la energía acumulada, y se trata de desprender de las micras de la muestra todo el carbonato y la materia orgánica. Después, para obtener el feldespato o el cuarzo puro se realiza un baño con ácido florídrico. Una vez preparada la muestra se obtienen micras de granos que se colocan sobre un minúsculo círculo que contiene 100 miniceldas, uno por micra de material. Cada uno de estos discos se colocan en una plataforma circular que se introducen en el lector, llamado Riso en este caso. Con estas micras de material el lector trabaja para estimular la luz acumulada un proceso que puede durar unas semanas en materiales más jóvenes o cuatro meses de trabajo continuo en los más antiguos (más allá de 850.000 euros).
Es el proceso al que se ha sometido a material de los diferentes yacimientos de Atapuerca pero también se han trabajado con sedimento de Israel, yacimientos del arco mediterráneo, sitios arqueológicos del norte de España o material de Estados Unidos. Además, como el resto de la Instalación Científico Técnica Singular (ICTS), ha hecho trabajos una empresa en España. «Es una técnica que es muy útil para estudio de sismoresistencia del terreno que son estudios obligatorios para la construcción de centrales nucleares o instalaciones similares porque con laLuminiscencia se pueden datar fallas y posibles eventos de terremotos o itsmos que se han dado en el pasado», señala López.