ECONOMÍA
Las empresas encuentran difícil dar con trabajadores «adecuados»
Un tercio de las consultadas detecta «falta de flexibilidad y de actitud»
Más allá de confirmar lo previsto, que 2016 fue un año de transición y consolidación de una mejora aún incipiente de la economía provincial, el Índice de Confianza Empresarial elaborado por la patronal burgalesa a partir de la información facilitada por sus asociados ofrece datos de interés relacionados con la empleabilidad.
En concreto, los resultados del ejercicio anterior revelan que casi el 60% de las empresas consultadas crearon trabajo el año pasado. Este hecho no implica que 2016 haya supuesto un despegue de la actividad: «Incluso se registraba respecto a 2015 un ligerísimo descenso, de dos décimas, de las empresas a las que les ha ido mejor y un 18% ha cerrado peor que en el ejercicio anterior», relataba Ignacio San Millán, tesorero de FAE.
Lo llamativo, sin embargo, tal y como subraya la propia patronal en sus conclusiones, es la afirmación de dos tercios de los asociados que participaban en la encuesta, que aseguran toparse con «dificultades para encontrar trabajadores adecuados».
La mayoría de quienes señalan estos problemas, un 33% para ser exactos, lo achaca además a «falta de actitud y flexibilidad de los candidatos». En concreto, San Millán concretaba como principal escollo la falta de predisposición de los aspirantes a, por ejemplo, «trasladarse de ciudad», algo a lo que «la gente es todavía muy reacia». Además, indicó que se precisa mucha más capacidad para amoldarse a las necesidades productivas de cada empresa. «La jornada laboral debe adaptarse a las necesidades y no ser rígida», consideró.
Sobre la actitud, el vicesecretario general de FAE, Íñigo Llarena, precisó que los empresarios miden este factor en «la propia entrevista de trabajo» aunque también «se refleja en el día a día en las plantillas, especialmente en asuntos como la movilidad, tanto geográfica como funcional, y la polivalencia».
Destacó también que, en el momento de contratar, los empresarios consultados «dan mucha más importancia a este aspecto (la actitud) y a la experiencia que a otros como la edad del candidato, el nivel retributivo o las ayudas que puedan obtener de las administraciones».
Preguntado por la relación entre esta realidad señalada por FAE y los salarios que se ofrecen, Llarena reconocía carecer de datos para relacionar esa «sorprendente» situación que detectan los empresarios con la reducción de las retribuciones a causa de la crisis pues no existen estudios previos a la crisis como el presentado ayer. Al respecto, San Millán explicó que, no obstante, «poco a poco se intenta incrementar las cuantías, porque tras los años tan duros de crisis que hemos pasado no podemos regresar de inmediato a la situación previa, necesitamos un plazo, de dos, tres, cuatro años, para llegar de forma progresiva a ese nivel, si la tendencia positiva se mantiene».
Por su parte, Emiliana Molero, secretaria general de FAE, avanzó que, a la luz de los resultados obtenidos por este estudio, la agrupación empresarial ha decidido ahondar en los próximos meses en el «tema de la empleabilidad» con una nueva encuesta específica, «diferenciada además por sectores», con el propósito de «perfilar al máximo las necesidades que las empresas tienen en este sentido, y no solo en cuanto a la formación que reclaman a sus posibles trabajadores, sino también al número de puestos que van a generar en los próximos años».
La intención es conocer la dimensión de tales demandas, en particular aquellas más difíciles de resolver -como las vinculadas a conocimientos en avances tecnológicos-, para «trasladar esta situación a los organismos competentes», en referencia a «quienes definen las titulaciones tanto de FP como universitarias». Molero apuntó a un desfase entre el sistema educativo y la modernización de las empresas, cuya adaptación a las nuevas formas de trabajar es «más rápida».
Precisamente, junto a ese 33% del total de las quejas que se refiere a la citada falta de actitud, sobresale el 22% que acusa «falta de formación o especialización» y el 21% preocupado por la «falta de experiencia».
El citado Índice de Confianza Empresarial constata además una «correlación entre los puestos más demandados y las familias de formación profesional más apreciadas por las empresas burgalesas».