Amnistía urge el plan de acogida a refugiados tras año y medio perdido
No se ha concretado el ofrecimiento del Consistorio y la Diputación desde septiembre de 2015
burgos
El grupo de Burgos de Amnistía Internacional ha hecho público su malestar por la falta de respuesta por parte del Ayuntamiento de Burgos a sus peticiones para que concrete el ofrecimiento realizado en septiembre de 2015 para acoger a personas refugiadas que llegan a Europa huyendo de los conflictos de Oriente Medio. Amnistía planteó en un pleno el pasado 10 de febrero sobre el número de plazas que el Ayuntamiento ha puesto o puede poner a disposición de la Secretaría General de Emigración e Inmigración para acoger a las personas solicitantes de asilo y refugiadas y el alcalde se comprometió a responder en una semana. «Ha pasado ya más de un mes desde entonces sin que dicha respuesta se haya producido, por lo que desde el grupo de Burgos queremos recordar que se trata de un tema urgente de derechos humanos, y que debería ser una prioridad para nuestro Ayuntamiento, al que ahora queremos urgir para que dé una respuesta positiva en la dirección que el pleno aprobó por unanimidad el 11 de septiembre de 2015», señala esta entidad. En esa fecha se aprobó por unanimidad el ofrecimiento del Ayuntamiento de Burgos a esta acogida en coordinación con la Diputación Provincial y se barajó una aportación económica de 40.000 euros. Para empezar a trabajar se promovió un grupo de trabajo en colaboración con Cruz Roja, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y ACCEM, partiendo de la base que el Ayuntamiento es favorable a una fórmula mixta de acogimiento que combine la ayuda a familias, particulares y la que procedea de las administraciones.
Sin embargo, un año y medio después, las gestiones para empezar a acoger a refugiados y solicitantes de asilo han ido poco más allá y la pregunta de un activista del grupo de Burgos de Amnistía Internacional en el pleno de febrero queda aún en el aire, según critica esta entidad en un comunicado en el que recuerda que el plantemiento de 2015 fue que el Ayuntamiento de Burgos «no quiere mirar para otro lado» ante esta tragedia.