SOCIEDAD
Los rescates con perros se basan «en millones de pequeños detalles»
El GREM finaliza una semana de entrenamientos con la mejor unidad canina de Canadá, presente los terremotos de México, Italia o Haití
A estas alturas, lo más probable es que los efectivos del la Unidad Canina del Grupo de Rescate Espeleológico y de Montaña (GREM) hayan perdido la cuenta de las horas que han dedicado a «intercambiar experiencias» y «técnicas» con los seis integrantes de la Asociación de Perros de Búsqueda en Catástrofes de Canadá (CASDDA) que han recalado en tierras burgalesas la pasada semana. Es lo que tiene «sacrificar tus vacaciones y tus ratos libres», asegura Álvaro Martínez tras cinco días de entrenamiento con uno de los mejores equipos del planeta.
El responsable del GREM contactó con la presidenta de la asociación canadiense, Silvie Montier, «a través de terceros». Conocía su trayectoria al dedillo, sus incursiones en catástrofes naturales de gran magnitud y graves consecuencias como los terremotos que azotaron México en el 85, Haití en 2010 o el centro de Italia el año pasado. Para su sorpresa, Montier les conocía de oídas y propuso un viaje a España para organizar un entrenamiento conjunto.
Dicho y hecho, Seis efectivos y siete perros de la CASDDA recalaron el lunes por estos lares con el objetivo de compartir el sinfín de técnicas que han aprendido en diferentes puntos del mundo. A caballo entre las provincias de Burgos y Palencia, ambos colectivos ha realizado «simulaciones», desde derrumbamientos a operativos de montaña, con el fin de localizar a personas desaparecidas.
Más allá de técnicas o protocolos concretos, Martínez opina que lo más importante es llenar la mochila de experiencias propias y ajenas. En este gremio, cada rescate se compone de «millones de pequeños detalles» que hay que percibir e interpretar a tiempo. El guía, al fin y al cabo, es un maestro y extensión del perro a partes iguales.
Una de las cosas que más les llamó la atención y que mejor les vino para depurar sus protocolos de actuación fue la posibilidad de entrenar en edificios derruidos de hormigón, ya que en Canadá la mayoría de inmuebles son de «mampostería» y «relativamente nuevos», por lo que no pueden trabajar sobre el terreno con tanta facilidad como aquí.
Aparte de los conocimientos de cada unidad que han desembocado en un proceso de aprendizaje mutuo, Martínez considera que la «clave» de estos entrenamientos es la interacción de los canes con el medio en el que se desenvuelven. De esta forma, se «detectan sus miedos» u otra serie de obstáculos que les impiden desempeñar su labor y se trabaja sobre ello para superar esas vicisitudes en el menor tiempo posible.
La comitiva canadiense trajo consigo perros avanzados y de iniciación. Los primeros han estado en primera línea y su efectividad ha permitido salvar vidas en situaciones de máxima urgencia. Los segundos, por su parte, se encuentran en proceso de aprendizaje. Por lo tanto, los entrenamientos se «adaptaron a sus niveles» con el fin de progresar adecuadamente en la consecución de los objetivos previstos de antemano.
«YENDO Y VINIENDO»
Para Martínez, recibir a Montier supone todo un honor porque «es un referente para todos los equipos de rescate del mundo». No es para menos, ya que en su día fue la vicepresidenta de la Organización internacional para Perros de Rescate (IRO). También sus compañeros del GREM recibieron la noticia con expectación. De hecho, los 16 efectivos de la unidad estuvieron «súper implicados» con la iniciativa. De hecho, los que viven fuera de Burgos capital -en Palencia o en Aranda, por ejemplo- se pasaron la semana «yendo y viniendo» con el coche para unirse a los entrenamientos en la medida de sus posibilidades.
Recibir a la CASDDA también es un «respaldo» a la actividad que desarrolla el GREMdesde hace 22 años. También supone un «reconocimiento a nuestro trabajo», que ha permitido al organismo establecer «contactos internacionales» y participar en campeonatos como el de la IRO de Alemania en 2009, donde se alzaron con el primer y cuarto puesto gracias al buen hacer de sus perros de rescate.
Puede que se trata de una profesión «muy pragmática», con muchas aristas y quebraderos de cabeza. Pero siempre hay tiempo para disfrutar de los pequeños placeres que brinda la vida como las tapas de Burgos. En su primera incursión por el caso histórico, a los canadienses «les impresionó la Catedral», hasta el punto de que plantearon «1.000 preguntas» aMartínez y al resto del GREM. No es la primera vez, pues recuerda que ha sucedido lo mismo con otros invitados como el jefe de la Unidad Canina de Nueva York.
¿Y la próxima... en Canadá? A Martínez le encantaría devolver la visita, pero lo ve «complicado» porque resulta «muy difícil económicamente». No obstante, después de hablar con Montier y el resto del equipo, asegura que «probablemente ellos sí que repetirán».